Brest.-Con el recuerdo del duelo esloveno de 2020 que consagró a Tadej Pogacar y frustró a Primoz Roglic en la última crono, la edición 108 del Tour de Francia que se lanza este sábado de Brest, en Finisterre, espera un duelo con aroma a revancha entre los mismos protagonistas.
En las apuestas ondea en lo más alto la bandera eslovena, aunque tanto Pogacar como Roglic rechazan la idea de que este Tour sea cosa de dos. El Ineos, con las bazas del ecuatoriano Richard Carapaz y el galés Geraint Thomas, van a entrar al debate. Ambos optan a la cima del podio en París, donde finalizará la carrera al atardecer del 18 de julio.
En un evento de pronostico perfilado, el ciclismo español acude con la baja de Mikel Landa y la baza por el podio de Enric Mas, quinto el año pasado y colíder junto al colombiano «Supermán» Löpez, que fue sexto, en un Movistar que se expresará con el incombustible Alejandro Valverde, listo para sorprender en las etapas bretonas.
La cita cumbre del ciclismo por etapas se presenta con un menú clásico: 21 etapas para todos los gustos, dos contrarreloj que completan 58 kms, una de ellas el penúltima día, tres metas en alto, una doble ascensión al Mont Ventoux y dos jornadas en Pirineos que serán claves.
POGACAR Y ROGLIC ANTE LA OFENSIVA DEL INEOS
Tadej Pogacar, de 22 años, llega encantado por el hecho de defender el título. Cero presión, al contrario, el esloveno marca el territorio lejos de agobiarse por estar en el centro del foco. Sus victorias en la temporada le avalan, y su equipo, no tan fuerte como el de sus rivales directos, le bastan para asumir el bastón de mando.
La estrella de Klanec sabe que encontrará a un Roglic enrabietado, con cuentas pendientes. Primoz Roglic, doble ganador de la Vuelta no tiene una espinita clavada desde la tarde negra de la Planche des Belles Filles, tiene una estaca que quiere sacarse este año.
El exsaltador de esquí, de 31 años, se lució en la Itzulia, se fogueó en las clásicas de las Ardenas y se refugió en las alturas para preparar el Tour. Baja de las cumbres para cazar la presa pendiente, y para ello se rodeará de un potente equipo, con hombres de garantía probada como Sepp Kuss, Wout van Aert y Steven Kruijswijk.
Si un equipo está llamado al control del Tour, ese es el Ineos. Su potencial es enorme, con Carapaz y Tao Geoghegan, ganadores del Giro 2019 y 2020 y el galés Thomas, amarillo en el Tour 2018. El equipo echará en falta a Egan Bernal, pero luchará por conquistar la cima del podio en París.
Además, el Ineos, que no cuenta con una figura tan destacada como Pogacar ó Roglic, anuncia nueva filosofía en carrera. El ataque será la mejor defensa.
ENRIC MAS Y «SUPERMÁN LÓPEZ» BAZAS DEL MOVISTAR
El segundo escalón de candidatos rondando el podio acoge a la representación española, con Enric Mas y Alejandro Valverde como referencias del equipo junto al colombiano Supermán López. La empresa no será fácil por un objetivo al que aspiran muchos corredores, como el británico Simon Yates y los colombianos Rigoberto Uran y Nairo Quintana.
Será curioso ver en acción a Chris Froome, todo un cuádruple ganador del Tour dispuesto a llevar los bidones del líder de su equipo, Michael Woods, aspirante a un buen puesto, como otros corredores como Pello Bilbao, Jakob Fuglsang, Esteban Chaves y Tao Geoghegan Hart.
El recorrido ofrece varios caramelos a los esprinters y aventureros. Ewan, Sagan, Démare, Merlier, Kristoff, Matthews y Cavendish, que vuelve tras 3 años de ausencia, se disputarán el maillot verde.
Darán lustre a la carrera y serán protagonistas en la etapa menos pensada el debutante neerlandés Mathieu Van der Poel y su rival del ciclocrós, y ahora en las clásicas en ruta Wout Van Aert, hombre clave para Roglic en el Jumbo Visma.
EL VENTOUX Y PIRINEOS ENTRE LAS CITAS CLAVE
El Tour se decidirá en los Pirineos, con dos llegadas en alto, y en la crono de la víspera de París, con el antecedente del asalto de Pogacar al maillot amarillo en la contrarreloj de Lure, de infausto recuerdo para Roglic.
La fiesta empieza en Brest, muy cerca del Fin de la Tierra, donde el pronóstico del tiempo marca lluvia. Esta ciudad bretona ha lanzado la carrera tres veces, esta vez lo hará con una etapa incómoda, larga y ondulada, donde el viento y el agua puede llevarse las ilusiones de algunos. Algún aventurero puede tener un día de gloria. Podría ser Valverde?
El domingo doble ascenso al Muro de Bretaña, donde están citados los nombres ilustres. Será la víspera de las etapas propicias para los velocistas.
Primera cita con el cronómetro en la quinta etapa, 27 kms para marcar algunas diferencias, antes de cambiar la dirección hacia el oeste, con dos etapas de transición, la segunda, entre Vierizon y Le Creusot de 248 kilómetros, la más larga en 20 años.
La octava etapa entra en los Alpes, con una primera etapa que ofrece el ascenso a La Colombiére y una segunda con meta elevada en Tignes, primer gran examen para los candidatos. Tras el esfuerzo, a descansar.
Con las fuerzas reparadas el Valle del Ródano tenderá el puente hacia los Pirineos, pero antes espera una etapa con doble escalada al Mont Ventoux, el «Gigante de Provenza», otro día de la etiqueta de clave. Se harán 2 subidas por aristas diferentes, pero la meta no estará en la cima, sino en la localidad de Malaucène.
Volverán los esprinters a afilar las garras con 2 jornadas antes de Pirineos, a cuyo escenario se accederá por Andorra, en una etapa donde se coronará Envalira, techo del Tour a 2.408 metros de altitud.
Una jornada de montaña que dará el testigo a las grandes etapas pirenaicas, la primera con el ascenso al Peyresourde, Val Louron y llegada en la cima del Portet, y la segunda con una ascensión al Tourmalet antes de subir Luz Ardiden, sin visita del Tour desde 2011.
Si el Tour no está decidido quedará la contrarreloj de la víspera de París, de 30,7 kilómetros, donde quedará encargada la foto del podio del Tour 2021.
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