Jerusalén.- El líder centrista Yair Lapid, principal impulsor del «Gobierno del cambio», instó hoy de nuevo a la unidad y a crear un ejecutivo para todos los israelíes, incluido los simpatizantes del aún primer ministro, Benjamín Netanyahu, que sigue resistiéndose a la coalición opositora que lo desbancaría del cargo.

«Quiero hablar a los partidarios de Netanyahu: sé que la formación del Gobierno de unidad supone una crisis para algunos de ustedes, pero verán que este Ejecutivo no se está creando en su contra», dijo Lapid en declaraciones durante la reunión semanal con los miembros de su partido, Yesh Atid, en el Parlamento israelí (Knéset).

La nueva coalición -pendiente de ratificarse en un acto de toma de posesión del que aún no hay fecha clara y que agrupa a ocho partidos de todo el espectro político- «se está formando porque» representa a «la mayoría», agregó Lapid, poco antes del inicio de una sesión plenaria en la Cámara donde esta tarde se anunció formalmente que el bloque que lidera acordó la formación de un nuevo Gabinete.

Está previsto que el líder centrista sea primer ministro del nuevo Ejecutivo en segundo plazo, tras un pacto para rotarse en su jefatura con Naftali Benet, líder del partido ultranacionalista Yamina, que debe encabezar el Gobierno los dos primeros años.

Todo ello se produce en una situación política donde permanece la tensión, mientras Netanyahu persiste en sus críticas a la coalición opositora y, según medios, sigue maniobrando para conseguir que diputados derechistas del bloque opositor se pasen a su bando.

A estas alturas, el «Gobierno del cambio» tiene una frágil mayoría mínima de 61 escaños en un Parlamento de 120, por lo que la pérdida de un solo diputado podría frustrar la creación del nuevo Ejecutivo.

Según prensa y analistas, esto es lo que intenta Netanyahu, que aprovecha hasta su último recurso para evitar perder el poder.

El líder del Likud acumula 15 años como primer ministro, los 12 últimos seguidos, y ayer reiteró su oposición a lo que tachó como un «peligroso gobierno del fraude y la rendición», al que apeló a «derrocar rápidamente» en caso de que se finalmente se forme.

Durante los últimos días, los críticos a Netanyahu han acusado a su entorno y a sus simpatizantes derechistas de incitación para impedir la creación del Gabinete opositor, y de hostigar a diputados derechistas del bloque del cambio como medida de presión.

La semana pasada hubo protestas de activistas de derecha frente las casas de diputados de Yamina como Ayelet Shaked, a los que el Estado reforzó la protección ante las crecientes amenazas por haberse sumado al bloque anti-Netanyahu.

La polarización de los últimos días en Israel ha sido comparada por analistas con la atmósfera tensionada que derivó en el asesinato del primer ministro laborista, Isaac Rabin, en 1995, tras una fuerte campaña de incitación en su contra por parte de la derecha israelí, que condenaba que hubiera firmado los Acuerdos de paz de Oslo con los palestinos.

Beny Gantz, ministro de Defensa en funciones y uno de los socios del bloque opositor con su partido centroderechista Azul y Blanco, instó hoy a Netanyahu a aceptar «los resultados democráticos» y «respetar el proceso» de cambio de Gobierno.

«Si Netanyahu decide dejar tierra arrasada» antes de su partida, «dañará su legado y su país», advirtió Gantz.

 

EFE

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