Portachuelo.¡Sanación de Venezuela!

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Venezuela está sometida y gobernada por el mal. Como todo mal, lo que hace es destruir lo que está a su paso sin remordimiento y compasión alguna. No reconoce valores ni respeta vida  humana. Se nutre de la siembra del egoísmo y el resentimiento social; ignorando absolutamente al creador, Dios padre, Dios hijo y Espíritu santo. Su lucha implacable es contra el BIEN y no permitirle la convivencia.                                     

La catástrofe institucional, económica, social, moral y espiritual producida en la  sociedad venezolana en estos últimos 20 años por el demonio, es de tal magnitud que los venezolanos no tienen otro camino que el de repensarse y buscar el reencuentro con Dios, Todopoderoso.

El esfuerzo cristiano pasa por un proceso de sanación espiritual en cada uno de las personas que hacen vida en la patria de Bolívar.   Reconociendo su mea culpa por su gran culpa y la desobediensa a Dios, por haber permitido la ascensión al trono de los bárbaros que hoy los gobiernan con maldad y crueldad.

Llego la hora del arrepentimiento, Dios les ofrece una nueva oportunidad para sanar su espíritu, su mente y su cuerpo que sufre las consecuencias. Momento de la oración, el perdón y la reconciliación con el Señor, con la iglesia, con la familia, consigo mismo. El evangelio de la auto sanación ha de acompañarte  para manejar el código moral dado por Dios; y al individuo, para que sepan el camino a seguir de aquí en lo adelante.

Unate a una Iglesia saludable y alineada con las Escrituras que te sirva de puente de restauración de la humanidad país, societaria y familiar, llevándote a encontrar el camino correcto al Padre, por medio de Jesucristo.

Si te has convencido y cambiaste, invierte tu mejor tiempo en ayudar a los que no lo han hecho y siguen confundidos. Hazle saber que por la senda del mal donde anda, no va lograr la felicidad deseada de paz, bienestar, libertad y seguridad de él y su familia. La felicidad espiritual integral.

El fruto de “BIEN PAIS» verdadero no se podrá lograr sino se producen cambios reales en la sociedad tricolor y en las personas que la componen. El bienestar de una sociedad no depende solo del cambio de gobierno; depende de lo que tú hace o deja de hacer.

Como cristiano reconozco, lamentablemente, vivimos en un mundo de contradicciones; la falta de entendimiento de un cristianismo integral ha llevado a muchos a diluir el poder del evangelio y el sacrificio redentor de Jesucristo, cuando el evangelio es interpretado y predicado de maneras distintas por cada iglesia. Empero, Dios sigue siendo el mismo y único. Por ello, como ser humano y cristiano, nos compromete mucho más en esta vida,  llena de retos y responsabilidades, a ser parte de un cambio real en la sociedad donde vivimos teniendo a Dios como guía.

Todos aquellos que por gracia formamos el cuerpo de Cristo tenemos la responsabilidad de que la Iglesia engendre esperanza. Venezuela la necesita. Atraviesa por una aguda crisis de valores, de desesperanza, de desasosiego. Es la gran oportunidad de las Iglesias y todas las voluntades de bien de la nación de Bolívar, para que unidas contribuyan en la sanación espiritual de todos y cada uno de sus habitantes.            

En el pasillo de la política nacional, solo se oyen propuestas de cambios políticos y electorales, necesarios pero no suficientes. Pocas voces se oyen proclamando la misericordia de Dios para el cambio individual y colectivo en lo espiritual, mental y cultural. Corriéndose el riesgo de dejar espacios al mal y la latente amenaza de volver después de su salida.   

Rene Núñez

 Edición 1493.

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