EFE

Tirana.- El presidente de Kosovo, Hashim Thaçi, cree aún en el logro de un acuerdo con Serbia para normalizar las relaciones, pero pide el liderazgo de Estados Unidos para relanzar el diálogo entre ambos países, suspendido por la introducción por Prístina de aranceles del 100 % a los productos serbios.

«Las posibilidades de un reinicio del diálogo existen. Espero aún que se puede lograr un acuerdo», declaró hoy Thaçi al final de la reunión de jefes de Estado del denominado proceso Brdo Brijuni -formado por los países de la extinta Yugoslavia más Albania- que se celebró en Tirana.

Pero el líder kosovar destacó que «sin el papel de liderazgo de Estados Unidos no podrá haber un diálogo exitoso, ni mucho menos un acuerdo e implementación exitosos».

En 2011, la Unión Europea abrió un proceso de diálogo entre los Gobiernos de Serbia y Kosovo para facilitar un acercamiento en asuntos prácticos entre los ciudadanos de los dos países.

Thaçi instó a los países de la UE a que «tengan posiciones más unificadas» respecto a este diálogo, «no como las que hemos visto en Berlín», en alusión a la reciente cumbre de los Balcanes Occidentales celebrada en la capital alemana, en la que fracasó el intento de relanzar las negociaciones.

«Me horroricé cuando supe que en Berlín los organizadores no habían informado ni se habían coordinado con Estados Unidos», apostilló.

Kosovo, habitada en mayoría por albaneses étnicos, proclamó en 2008 unilateralmente su independencia de Serbia, reconocida por más de cien países y rechazada con vehemencia por Belgrado.

El diálogo se suspendió cuando el Gobierno kosovar introdujo el noviembre pasado aranceles del 100 % sobre productos importados serbios en respuesta a una campaña serbia en foros internacionales contra el reconocimiento de su independencia.

Esto provocó la ira de Belgrado, que se retiró de las negociaciones.

«Los aranceles han sido una decisión justa y legítima y como tal permanecerán en vigor», señaló hoy Thaçi, que estrechó fríamente la mano de su homólogo serbio, Aleksandar Vucic, al inicio de la cumbre.

Ambos apoyan un ajuste de fronteras para solucionar el conflicto, una idea rechazada por algunos líderes kosovares encabezados por el primer ministro, Ramush Haradinaj.

«Debe continuar el diálogo incondicional con la posibilidad de lograr un acuerdo para la normalización plena, obligatoria e inclusiva, que no cree líneas étnicas de fronteras, que nuestros países permanezcan multiétnicos y que involucre el valle de Presevo, Medvedja y Bujanovac en el territorio de Kosovo», declaró Thaçi.

Estos territorios del sur de Serbia, limítrofe con Kosovo, están poblados en su mayoría por albaneses.

Los medios locales han escrito sobre un posible intercambio de territorios entre Mitrovica, en el norte de Kosovo y habitada mayoritariamente por serbios, y el valle de Presevo, en Serbia.

Además de Thaçi, Vucic y el presidente albanés, Ilir Meta, en la cumbre de Brdo Brijuni participaron los jefes de Estado de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic; Eslovenia, Borut Pahor; Montenegro, Milo Dukanovic; Macedonia del Norte, Gjorge Ivanov, y los tres miembros de la presidencia colegiada de Bosnia-Herzegovina.

Los líderes de estos países del sudeste de Europa manifestaron en una declaración final su compromiso de garantizar la paz de la región y trabajar por su perspectiva europea, a la vez que demostraron la voluntad política para solucionar los problemas internos a través del diálogo.

Los invitados de honor han sido la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, y el presidente polaco, Andrzej Duda.

 

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