Túnez.- Decenas de personas se enfrentaron anoche a la Policía en las calles de Gafsa, una de las provincias claves en el estallido hace una década de las «primaveras árabes», en una más de las muchas protestas que sacuden en el país en vísperas de la conmemoración el próximo 17 de diciembre del inicio de este movimiento popular que sacudió el mundo.

Fuentes de seguridad explicaron a Efe que grupos de jóvenes quemaron neumáticos, levantaron barricadas y marcharon contra la política energética del gobierno en la localidad de Om Laarayes, próxima a la capital de la provincia minera de Gafsa.

La Policía se vio obligada a actuar y disparar bombas de gas lacrimógeno para contener a la turbamulta, que cortó varias carreteras e irrumpió en la oficina de impuestos para saquearla, explicó.

Horas antes, grupos de licenciados y otros jóvenes en paro se habían manifestado ante la sede de la Gobernación de la provincia para exigir mejoras salariales, oportunidades de trabajo y remodelación y modernización de los servicios, como ocurrió en los días previos a la revolución, que estalló después de que un joven en la ciudad de Bouziz se inmolara quemándose a lo bonzo.

PROTESTAS EN OTRAS REGIONES

Las protestas se suceden en la mayor parte de las regiones de Túnez, país que atraviesa una aguda crisis económica, con cifras de paro juvenil, inflación, pobreza, deuda y corrupción similares a las que en 2010 condujeron a la conocida «revolución de los Jazmines», que sirvió para derrocar la dictadura de Zinedin el Abedin Ben Ali y desató las ahora marchitadas «primaveras árabes».

El martes, grupos de manifestantes cerraron las válvulas de bombeo de los yacimientos petroleros de Douleb, en la región de Kasserine (frontera con Argelia), y de Kebiba, en la región costera de Sfax, después de que el gobierno llegará a un acuerdo con el movimiento de protestas de El Kamour (sur) tras más de cuatro meses de negociaciones.

Según la prensa local, los protestantes de Douleb expulsaron a la fuerza a los empleados de la compañía y paralizaron la producción, que cuenta con una decena de pozos, para denunciar la falta de compromiso de las autoridades locales antes sus demandas de empleo y desarrollo regional.

El coordinador del movimiento, Mohamed Raouf Khadhraoui, instó al Gobierno a dialogar y advirtió que continuarán con sus acciones hasta que sus peticiones sean atendidas.

El yacimiento es explotado por Panoro Energy, con base en Londres, y la Compañía pública Tunecina de Actividades Petroleras (ETAP), y genera unos ingresos anuales al Estado de 24 millones de euros.

DOS AÑOS DE PROTESTAS PETROLERAS

El pasado 9 de noviembre, el primer Ministro tunecino, Hichem Mechichi, dio hoy por zanjadas las protestas de El Kamour, que bloqueaban la producción del principal yacimiento del país con el fin de presionar al Estado para que cumpliese un acuerdo firmado en 2017 en el que se comprometía a crear miles de puestos de trabajo, lo que ha provocado unas pérdidas de 245 millones de euros.

Tras la firma del acuerdo, que incluyó créditos para la realización de proyectos locales y ayudas a asociaciones, el Estado deberá contratar a 4.500 jóvenes desempleados en las compañías estatales petroleras y de medio ambiente además de invertir 27 millones de euros anuales en la zona.

En 2017, El Kamour fue ya escenario de una movilización similar que duró más de tres meses y que concluyó con el citado compromiso del Gobierno para mejorar las infraestructuras y atajar el desempleo, que en 2019 alcanzó allí la mayor tasa nacional, con un 28,7 por ciento.

 

EFE

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