Un raro hallazgo de objetos metálicos que se creen que proceden de la expedición de Hernando de Soto por el sureste de Estados Unidos, en el siglo XVI, sugiere que el pueblo Chickasaw, en una práctica poco común, los reutilizó y adaptó para su uso cotidiano.
Un estudio que publica American Antiquity encabezado por el Museo de Historial Natural de Florida da cuenta de la localización de más de 80 objetos metálicos en una zona del noreste de Misisipi conocida como Stark Farms.
La gran cantidad de objetos del yacimiento es uno de los factores «que hacen que el hallazgo sea único», según el autor principal del estudio, Charles Cobb, pues normalmente se podrían encontrar «un puñado de objetos europeos en relación con una persona de alto estatus o algún otro contexto especial»
El equipo cree que los españoles abandonaron los objetos al huir de un ataque chickasaw, tras el deterioro de las relaciones entre ambos grupos en 1541.
Los vencedores aprovecharon el inesperado botín -cabezas de hacha, cuchillas, clavos y otros objetos de hierro, plomo y aleaciones de cobre- modificando muchos de ellos para adaptarlos a los usos y gustos locales, explicó el Museo en un comunicado.
Los chickasaws solían utilizar el hueso, la caña o la piedra como materia prima para sus herramientas de corte y raspado, por lo que el metal supuso «una ventaja especial».
Aunque algunos de los objetos conservan su forma original, lo normal fue que los artesanos los reelaboraran minuciosamente para darles formas más familiares.
De esta forma, convirtieron trozos de herraduras españolas en rascadores, bandas de barril en herramientas de corte y trozos de cobre en colgantes.
Doblaban el metal hacia adelante y hacia atrás hasta que se rompía y afilaban y alisaban los bordes, modificando las herramientas para que imitaran el diseño de sus homólogas tradicionales.
«Una de las cosas más impresionantes que hemos encontrado es una réplica exacta en hierro» de una cabeza de hacha de piedra, dijo Cobb.
Después de que los españoles fueran expulsados, la región permaneció prácticamente libre de la presencia europea durante casi 150 años.
Los artículos remodelados de las granjas Stark representan, según el equipo, «una etapa de experimentación e improvisación de los nativos americanos con artículos extranjeros», la cual desapareció en gran medida a finales del XVII y durante el siglo XIX, cuando incorporaron los materiales y la tecnología europeos a los suyos.
«En el siglo XVI, un dedal podía convertirse en un brazalete. A finales del siglo XVIII, un dedal es un dedal», explicó Cobb.
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