Miami, Estados Unidos. La compañía de transporte aeroespacial SpaceX lanzó este lunes al espacio desde Florida (EE.UU.) una segunda tanda de 60 satélites de su proyecto Starlink, con el que busca crear su propia red de internet satelital de alta velocidad.
Ocho minutos y 25 segundos más tarde, el cohete lanzadera regresó a una plataforma instalada en aguas del Océano Atlántico, dejándose caer con suavidad de manera automática para ser reutilizado, según se pudo observar en la transmisión en directo de SpaceX por su canal de YouTube.
El objetivo de SpaceX, empresa propiedad de Elon Musk, es crear con cada lanzamiento una constelación de satélites que brinden internet a velocidades parecidas a las de la banda ancha a todo el planeta.
El vicepresidente de SpaceX para ingeniería de vehículos, Mark Juncosa, explicó en mayo, cuando se realizó el primero de estos lanzamientos, que con 13 en total aspiran a cubrir Estados Unidos, con 24 las principales zonas habitadas del mundo y con 30 el planeta entero, según The New York Times.
Los satélites orbitarán entre 340 y 1.150 kilómetros por encima de la superficie de la tierra, mucho más cerca de los 35.400 kilómetros a los que vuelan los satélites que ofrecen en estos momentos este servicio a una velocidad de conexión más baja que la prevista por Starlink.
La inmersión en el mercado de internet de SpaceX, compañía que se dedica principalmente al transporte aeroespacial de carga para la NASA u otras compañías privadas, tiene como objetivo final financiar la llegada del hombre a Marte, anhelo de Musk.
El empresario calcula que el negocio de internet puede generar a SpaceX ingresos de 30.000 millones de dólares anuales, lejos de los 3.000 millones que produce actualmente con el transporte de carga.
Con el lanzamiento de sus primeros 60 satélites el 24 de mayo de este año, SpaceX entró oficialmente en la carrera por crear una red propia de este tipo en el espacio con empresas competidoras como OneWeb -que en febrero lanzó sus primeros satélites-, Telesat y Blue Origin, propiedad del dueño de Amazon, Jeff Bezos.
Cuando SpaceX lanzó el primer lote de Starlink a orbitar en mayo, muchos astrónomos se sorprendieron al ver que los satélites eran extremadamente brillantes, lo que les hizo temer que la constelación causara estragos en la investigación científica y se transformara, recordó este lunes The New York Times.
EFE
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