Madrid-. Los bajos salarios mantenidos en el tiempo, están asociados con un deterioro de la memoria significativamente más rápido que las personas que obtienen un buen salario anualmente.

Esto lo indica un nuevo estudio de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) publicado en el ‘American Journal of Epidemiology’ y se presentan en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (AAIC) 2022.

Aunque, los bajos salarios estén relacionados con resultados de salud como los síntomas depresivos, la obesidad y la hipertensión, que son factores de riesgo para el envejecimiento cognitivo, hasta ahora, no se había realizado un estudio que observara la relación específica entre los salarios bajos durante los años de trabajo y el funcionamiento cognitivo posterior.

En un artículo especializado por Europapress, Katrina Kezios, investigadora postdoctoral en el Departamento de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia y primera autora de la investigación, afirma que; su estudio proporciona nuevas pruebas de que la exposición sostenida a los bajos salarios durante los años de mayores ingresos se asocia con el deterioro acelerado de la memoria más adelante en la vida.

Un proceso degenerativo

El estudio se centró en una clasificación histórica, de salarios bajos de los participantes en el estudio, entre aquellos que nunca ganaron salarios bajos, que ganaron salarios bajos de forma intermitente o que siempre ganaron salarios bajos; basándose en los salarios ganados entre 1992 y 2004, examinando posteriormente; la relación con el deterioro de la memoria durante los siguientes 12 años, de 2004 a 2016.

A raíz de este estudio, Kezios y su equipo, llegaron a la conclusión de que, en comparación con los trabajadores que nunca ganaban salarios bajos, los empleados que ganaban salarios bajos de forma continua experimentaban un deterioro de la memoria significativamente más rápido en la edad avanzada.

En este sentido, Adina Zeki Al Hazzouri, profesora asistente de epidemiología en la Escuela Mailman de Columbia y el Centro de Envejecimiento Butler de Columbia, asegura que ‘’los empleos del futuro deberían examinar rigurosamente el número de casos de demencia y el exceso de años de envejecimiento cognitivo que podrían evitarse bajo diferentes escenarios hipotéticos que aumentaran el salario mínimo por hora».

Redacción SNPD con
información de Europress

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