Imagen de archivo de un coche patrula en el sitio donde explotó un coche bomba. EFE/Luis Hinojos

El Gobierno de México, a través de la Fiscalía General de la República (FGR), inició una investigación por delincuencia organizada tras la explosión de un automóvil el sábado frente a la base de la Policía Comunitaria en Coahuayana, Michoacán. El incidente dejó un saldo de cinco personas fallecidas y 12 lesionadas.

Según un comunicado oficial, la FGR trabaja en conjunto con el Gabinete de Seguridad federal y autoridades estatales para esclarecer los hechos.

En el lugar, se encuentran 15 peritos del Centro Federal Pericial Forense (CFPF) y 11 policías federales ministeriales de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), especializados en diversas áreas forenses como criminalística, genética y balística.

El estallido ocurrió alrededor de las 11:40 hora local en la calle Ignacio López Rayón. Dos de las víctimas eran civiles que iban en el vehículo siniestrado, y las otras tres, miembros de la Policía Comunitaria, liderada por Héctor Zepeda Navarrete, alias «El Comandante Teto», exintegrante de grupos de autodefensa surgidos en 2014 para enfrentar al cártel Los Caballeros Templarios.

Coahuayana forma parte de la costa michoacana, una región estratégica donde operan grupos de la Guardia Civil en coordinación con la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano y la Marina.

Esta zona es conocida por ser una ruta principal para el tráfico de cocaína desde Sudamérica, con actividades ilícitas que incluyen la recolección de paquetes en altamar y su traslado hacia Estados Unidos.

La Secretaría de Marina ha reportado un enfrentamiento entre las Policías Comunitarias locales y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) por el control de estas rutas. Desde el 10 de noviembre, la seguridad en Michoacán fue reforzada tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, en un ataque público.

 

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