En el emblemático Parque Nacional de Yellowstone, EEUU, un equipo de expertos de la Universidad de Rutgers reveló la existencia de una curiosa comunidad de virus, cuyo origen se remonta a aproximadamente 1.500 millones de años atrás.
Estos virus habitan en las aguas termales super ácidas y extremadamente calientes del parque, un sitio que también es conocido por su rica biodiversidad y paisajes majestuosos.
Fundado en 1872, el Parque Nacional de Yellowstone ostenta el título de ser el primer parque nacional a nivel global.
Es célebre por sus géiseres y fuentes termales, como la Gran Fuente Prismática, siendo atractivo tanto para los turistas como para la diversa vida microbiana.
Estas aguas termales son consideradas como “fósiles vivientes”, evidencia de una era en la que la Tierra presentaba condiciones mucho más hostiles para la vida.
Los especialistas hallaron en estos manantiales geotérmicos una variedad de virus “gigantes”, denominados Megaviricetes, que datan de la época de creación del supercontinente Rodinia y cuando los días en la Tierra duraban solo 16 horas.
Virus de gran genoma
En estos manantiales predomina una especie de alga unicelular roja conocida como Cyanidiophyceae. Sin embargo, en tres hábitats cercanos —el arroyo, el interior de las rocas y el suelo— se descubrieron granjas únicas de virus, con los Megaviricetes siendo los más predominantes.
A través de exámenes computacionales, el grupo de investigación identificó 25 tipos distintos de virus que parecen implementar las algas rojas para su reproducción.
El ADN de estos virus presentaban secuencias de arqueas, eucariotas y bacterias, sumando un total de 3.700 virus potenciales.
Los virus encontrados no poseen un gran tamaño físico, pero sí tienen amplios genomas, los cuales son más extensos que el de los virus más comunes.
Estos genomas pueden ofrecer datos valiosos sobre una era en la que los organismos unicelulares empezaron a emerger en la Tierra.
Composición de virus
Tales virus están compuestos principalmente por bacterias, aunque algunos también forman parte de las arqueas, organismos unicelulares que necesitan condiciones extremas para reproducirse, y a eucariotas, células similares a las que se hallan en plantas, animales y hongos.
El coautor del estudio publicado en la revista Science, Sumit Bhattacharya, sostiene que este descubrimiento respalda la idea de que los virus han coexistido con la vida celular desde sus inicios.
A pesar de que se creía que los virus son entidades relativamente modernas, el estudio demuestra que han existido junto a los organismos celulares.
«Un hallazgo importante de nuestro estudio es que, aunque diferentes hábitats en las aguas termales pueden ser adyacentes y visualmente dominados por Cyanidiophyceae, en estos sitios existen múltiples clases de virus divergentes que a menudo son específicos del hábitat», destacan los autores.
«Los megaviricetes son la clase dominante en Lemonade Creek, lo que sugiere que pueden infectar e influir en la dinámica de la población de algas rojas».
Capacidad de adaptación
Estos virus son capaces de desarrollarse en temperaturas máximas de 200 grados Fahrenheit (93,3 ºC), altas presiones o concentraciones de sal, y se teoriza que se reproducen infectando algas rojas en las aguas termales.
Las algas Cyanidiophyceae tienen un origen que data de hace 1.500 millones de años, mientras que los animales multicelulares no surgieron hasta hace unos 600 millones de años.
Por lo tanto, los virus conforman un linaje antiguo que ha desarrollado una afinidad por hábitats cálidos, y su diversidad es un testimonio de la interconexión de la vida.
La supervivencia prolongada de estas especies se atribuye a su notable capacidad de adaptación. En un ambiente extremo, la habilidad para adaptarse sin perecer puede permitir la existencia durante miles de millones de años.
Las bacterias y arqueas de estas aguas termales han intercambiado genes entre sí para desarrollarse en las condiciones de calor y toxicidad de dicho ambiente.
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