Barcelona.- La vida de Primoz Roglic (Trebovlje, Eslovenia, 1989), el vencedor de la Volta a Catalunya, iba encaminada a ser profesional de los saltos de esquí, pero una grave lesión y unos posteriores malos resultados, le llevaron al ciclismo, deporte en el que se puede considerar uno de los grandes nombres del inicio del siglo XXI.

El esloveno es un hombre de pocas palabras, dicen que por timidez. En cambio, cuando se sube a una bicicleta, no para de escribir nuevas líneas para la historia.

Y es que Roglic tiene en su palmarés un oro olímpico en contrarreloj en Tokio 2020, tres Vuelta a España consecutivas (2019, 2020 y 2021), tres etapas en el Tour de Francia y un tercer puesto en la general del Giro de Italia 2019.

El esloveno se puso líder de la Volta a Catalunya en la primera etapa al ganarle el esprint masivo de Sant Feliu de Guíxols (Girona) a Remco Evenepoel (Quick-Step), en una jornada en la que pocos imaginaban que los favoritos hicieran un movimiento de este calibre. Y ya no soltó el maillot hasta subir al podio final en Barcelona.

La lucha entre el esloveno y el belga por las carreteras catalanas tan solo cesó una jornada, la de la cuarta etapa con final en Sabadell (Barcelona). El resto de días no se dieron tregua gracias a la valentía y al desparpajo de Evenepoel, que no se cansó de intentar darle la vuelta a la clasificación ante un Roglic que tiró de veteranía.

El segundo asalto fue en la estación de esquí de Vallter (Girona). Los dos volvieron a jugarse la etapa, pero esta vez se coló entre ellos un héroe: el italiano Giulio Ciccone (Trek-Segafredo), quien además fue capaz de ganarles el esprint. Segundo fue Roglic y, tercero, Evenepoel.

Las bonificaciones le dieron seis segundos de ventaja al esloveno respecto al belga, que cometió su primer gran error de esta Volta en La Molina (Girona). Allí, en el mano a mano final con Roglic, Evenepoel estuvo más fuerte y le consiguió sacar dos segundos en la línea de meta. Sumados a la bonificación, supuso que empataran a tiempo en la general.

Pero Roglic siguió como líder a causa de poseer mejores posiciones en las tres primeras etapas. La historia de esta Volta quizá hubiese podido cambiar si Evenepoel no hubiese empleado los últimos metros en celebrar el triunfo.

En la quinta etapa con llegada en Lo Port (Tarragona), Evenepoel cometió el segundo error de esta Volta. En otro mano a mano con Roglic, el esloveno jugó con el belga, que se precipitó (admitido por él mismo) lanzando el esprint a falta de 300 metros para la línea de meta. El de Jumbo-Visma acabó remontando y quitándole seis segundos. El de Quick-Step se fundió a falta de 50 metros.

Con 10 segundos de ventaja, en las dos etapas restantes Roglic se dedicó a seguir la rueda a Evenepoel, quien no pudo dejarlo atrás en ningún momento. El belga lo intentó a 30 kilómetros para el final en la sexta a pesar de que el terreno no picó demasiado para arriba. Antes, Roglic había ganado el primer esprint intermedio. Evenepoel se la devolvió imponiéndose en el segundo.

Y el de Jumbo-Visma lo volvió a intentar en el circuito de Montjuïc (Barcelona) de la última etapa. Roglic otra vez se marchó con él (durante unos kilómetros también aguantó el español Marc Soler). El belga, consciente que no lograría la Volta, se centró en ganar la etapa. Lo consiguió ante un Roglic permisivo.

Aún no se habían bajado de la bicicleta cuando se abrazaron en una imagen que enterneció a los amantes del ciclismo. Ambos eran conscientes de que uno sin el otro no hubiesen podido dar el espectáculo exquisito que ofrecieron esta semana.

La temporada de Roglic no podía haber empezado mejor. A principios de marzo, arrasó en la Tirreno-Adriático con la victoria en la general y tres triunfos de etapa. Y, a finales, se ha llevado también la Volta a Catalunya y dos triunfos de etapa.

En el mundo del ciclismo, ser líder en la general comporta el deber de atender a los medios de comunicación tras cada etapa. Y Roglic cumple siempre con una sonrisa. Pero la dificultad para el periodista es sacarle frases que contengan más de tres palabras.

Ante las preguntas poco trabajadas, Roglic da respuestas evidentes. Ante las preguntas más elaboradas, se explaya un poco más y acostumbra a tirar de ironía. Pero siempre economiza.

A partir del 6 de mayo, Roglic y Evenepoel se medirán en el Giro de Italia, una gran vuelta que nunca han ganado ninguno de los dos. Allí repetirán la batalla.

«Espero otra lucha con Remco en el Giro. Ha sido divertido. Realmente lo he disfrutado», explicó el esloveno, con uno de sus hijos en brazos, tras proclamarse ganador de la Volta.

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