Russell Westbrook pasa por acumular en torno a su figura más críticas que elogios a pesar de haber sido MVP de la NBA o de haber sucedido a Oscar Robertson como los únicos jugadores capaces de promediar un triple-doble durante toda una temporada. Su voracidad estadística ha sido confundida con egoismo y muchas veces ha supuesto que no se pondere en su justa medida a un jugador con su impacto en el juego.

Ante los Thunder Westbrook firmó la mejor actuación de la noche en la NBA al terminar con 37 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias. Un nuevo triple-doble que le permite ponerse con 174 como profesional a tan solo siete de empatar la mejor marca de todos los tiempos que está en poder del legendario Oscar Robertson (181). Una cifra que parecía imbatible hace apenas un lustro, pero que el base de los Wizards ha conseguido alcanzar a velocidad de vértigo.

Ante los Thunder fue el vigésimo triple-doble en los últimos 30 partidos y el noveno en 10 encuentros, quedándose sólo a una asistencia de firmar el pleno en este periodo. Unas cifras que ni el mito de los Bucks había conseguido en su carrera.

Números. Eso es lo que siempre se ha echado en cara a Westbrook, que ponía por delante las cifras personales a las victorias de equipo y eso puede estar cambiando en los Wizards, como demuestran las nueve victorias que Washington ha sumado en los últimos 10 partidos y que han permitido a los capitalinos entrar en la lucha por el play-in en la Conferencia Este.

La química con sus compañeros, otro de los motivos de crítica hacia Westbrook, también parece haber cambiado con su llegada a los Wizards: «Ha sido fantástica desde el primer día, Nos hemos aceptado el uno al otro y respetamos nuestro juego. Siento que él nos hace mejores a todo el equipo. Sigue levantándonos a todos sus compañeros y desafiándose a sí mismo para llegar a lo más alto».

Marca.com

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