EE.UU.- El último papel de Ryan Reynolds es todo lo contrario a un superhéroe como «Deadpool»: En «Free Guy», que se estrena el 13 de agosto, el protagonista descubre que es el personaje secundario de un videojuego y que está programado para repetir la misma rutina a diario.

«Es difícil hacer una nueva película, es difícil hacer algo que no se base, de alguna manera, en propiedad intelectual existente, un cómic o una secuela… es muy desafiante», aseguró el actor en una rueda de prensa para promocionar la película.

«Free Guy» es la apuesta veraniega de 20th Century Studios (ahora propiedad de Disney) y una de las pocas superproducciones que llegarán a la gran pantalla que no están basadas en franquicias como Marvel, DC Comics o Fast & Furious.

La referencia más clara que toma esta comedia dirigida por Shawn Levy es «The Truman Show» (1998), con la diferencia de que en lugar de parodiar el negocio televisivo, esta cinta se sumerge en el mundo de los videojuegos.

«Free Guy» se adentra en un exitoso videojuego que, como si fuera un cruce entre «Minecraft» y «The Sims», simula una ciudad en la que los jugadores pueden hacer todo lo que se imaginan.

En ese escenario, el insípido Guy (traducido al español como Chico) trabaja como un banquero hasta que, gracias a la inteligencia artificial, descubre que es un personaje no jugable (NPC por su sigla en ingles) gracias a la inteligencia artificial.

Tras tomar conciencia de sí mismo, se enfrenta al resto de jugadores del videojuego y genera toda una controversia mundial en un planeta absolutamente enganchado a las consolas.

«Leí el guion y hablé con Shawn sobre este universo y como podríamos hacer que fuera más relevante para el mundo en el que vivimos ahora», narró Reynolds.

Además, el actor ha presentado en redes sociales a su doble «actualizado», una versión musculada del propio Reynolds que parodia las modernizaciones de los videojuegos y con el que protagoniza una surrealista pelea.

«Todos esperamos poder hacer esto de nuevo, ya sabes, en forma de secuela u otra cosa», añadió.

La comedia está repleta de chistes sobre los foros de jugadores, vídeos de YouTube, retransmisiones de partidas en Twitch y otras marcas del mundo del cine y de las consolas.

«También era importante hacer una película que no requiriera fluidez de los videojuegos por parte de un espectador que no sea un jugador y quiera ver una película cálida, alegre y romántica», explicó su director Shawn Levy.

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