Yanomami
Un bebé yanomami es visto con su madre en el Hospital Infantil Santo Antonio en Boa Vista, la capital de Roraima, hoy en la región norte de Brasil. EFE/Raphael Alves

El número de hospitalizaciones de niños yanomamis en estado grave aumentó en la última semana, desde que el Gobierno brasileño declaró una emergencia sanitaria en la mayor reserva indígena del país, y obligó a la única empresa aérea que presta el servicio de rescate a multiplicar sus vuelos.

Voare, empresa de taxi aéreo, trasladaron a indígenas para ser hospitalizados desde sus aldeas hasta Boa Vista.

El primer menor, de menos de 1 año, diagnosticado con neumonía, por lo que voló conectado a un respirador, desembarcó procedente de una aldea Yanomami próxima a la frontera con Venezuela.

El segundo, de tan solo 14 días de vida y claras señales de desnutrición, llegó a la pista de Voare en Boa Vista a bordo de una aeronave Cessna 206 de la misma empresa tras un vuelo de cerca de una hora y media.

El viernes ya habían llegado a Boa Vista por avión otros 4 niños yanomamis con graves problemas de salud, uno de los cuales con menos de 1 mes de vida, diagnosticado con malaria, neumonía y gripe, y que voló acompañada por su madre y una enfermera.

La Tierra Indígena Yanomami, la mayor reserva de Brasil, con unos 27 indígenas en cerca de 10 millones de hectáreas, está ubicada en una región de la Amazonía de difícil acceso en el extremo norte del país y en la frontera con Venezuela.

Su acceso solo es posible por ríos, en largas jornadas de navegación, por lo que los traslados de pacientes y rescates son por avión.

«Generalmente, traíamos a un paciente en cada vuelo. Ahora hay días en que traemos hasta tres por vuelo», admitió el pasado viernes Fausto Rodrigues dos Santos, director de operaciones de Voare.

Rodrigues explicó que en los vuelos viaja un médico y enfermera. La mayoría de los rescates se solicitan cuando el estado de salud es muy grave.

Casi todos los niños rescatados se trasladan al único hospital pediátrico de Boa Vista, en donde hasta el viernes ingresaron 59 menores, de los cuales 45 son yanomamis, en su mayoría con desnutrición grave, diarrea aguda, neumonía y malaria.

El Gobierno brasileño declaró el pasado 20 de enero «emergencia sanitaria» de «importancia nacional» en la Tierra Indígena Yanomami ante el «abandono» que sufrieron los indígenas en los últimos años, y anunció el envío de refuerzos médicos y alimentos a la región, así como la instalación de dos hospitales de campaña, uno de los cuales comenzó a operar el viernes.

El Ministerio de los Pueblos Indígenas calcula que «al menos 570» niños yanomamis fallecieron en los últimos años «por contaminación de mercurio, desnutrición y hambre». Tan solo en 2022 murieron 99 menores de entre 1 y 4 años de edad como consecuencia de malaria, desnutrición, neumonías o diarreas.

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