Sao Paulo, Brasil.  El barrio Jardim Sao Paulo, en la zona norte de la mayor metrópoli de Brasil, nunca imaginó que aquel macilento niño de nombre Ayrton Senna, que a los cinco años en las calles hacía poses de intrépido piloto sobre un triciclo, se convertiría en ídolo de multitudes detrás del volante de bólidos.

Senna, quien volverá a ser recordado este miércoles cuando se cumple un cuarto de siglo de su muerte, nació el 21 de marzo de 1960 en la Maternidad Sao Paulo, hospital bien próximo de la céntrica e icónica Avenida Paulista que fue demolido en 2014 y en cuyo terreno no se ha erigido todavía ninguna nueva edificación.

Los primeros cinco años de su vida Senna los vivió frente al aeropuerto ejecutivo Campo de Marte, en la esquina de la calle Aviador Gil Guilherme con la Avenida Santos Dummont, que son nombres de pilotos referentes en la aviación brasileña y mundial.

«Beco», como era llamado por su familia, estudió en los colegios Jardim Sao Paulo, Santana y Río Branco y luego residió en otros barrios próximos también de la zona norte, como son Serra da Cantareira y Tremembé.

Desde niño, Senna dejó ver su pasión por el mundo de los motores y rápidamente los triciclos le dieron paso a un pequeño kart con motor adaptado de una guadaña que fue construido en la fábrica metalúrgica de su padre, Milton.

En Tremembé, ya con diez años, «Beco» despertaba a sus vecinos los domingos con el rugido del kart fabricado por su padre y aquellos que alguna vez lo «madrearon» por interrumpirles las horas de sueño, después serían los mismos que junto a millones de brasileños vitorearían su nombre y llorarían su prematura muerte.

Con esa edad, el pequeño comenzó a pilotar su kart en el parque del centro de convenciones Anhembí, también en su región, y a los trece ya lo hacía iniciando su carrera a nivel competitivo en el autódromo Interlagos, que después en su trazado para el Gran Premio de Brasil lo homenajeó con la curva bautizada «S» de Senna.

Por la gran distancia entre su residencia en la zona norte y el autódromo, en el extremo sur de la ciudad, la familia Senna contrató un chófer para llevar al entonces adolescente a los entrenamientos, pero el intrépido jovenzuelo era quien se ponía al volante para conducir «más rápido» y llegar a tiempo a su destino.

Por tal motivo, relatan algunos libros biográficos de Senna, el chófer de la familia habría renunciado a su trabajo pues a su juicio no era honesto que le pagasen por los servicios cuando en realidad era su cliente el que al final casi siempre conducía el coche, aún sin tener la licencia de habilitación para hacerlo.

Al estilo de las barras de su club de corazón, el Corinthians, en 1988 el abogado Adilson Carvalho, vecino del entonces ya piloto de la Fórmula Uno, fundó la ‘Torcida Ayrton Senna’ (TAS), un grupo de hinchas que pasó a ocupar bares y discotecas para acompañar por televisión las carreras de su ídolo.

El vínculo con la zona norte de Sao Paulo estuvo siempre impregnado en su hijo más ilustre, que cuando abrió su primera oficina de representación, con helipuerto incluido, lo hizo justo en el barrio de Santana y no en otros lugares más exclusivos de la capital financiera de Brasil.

Un gesto del propio Senna fue cuando ganó en 1991 el Gran Premio de Brasil del campeonato mundial de automovilismo en Fórmula Uno y en vez de celebrarlo en los lujosos hoteles y fiestas organizadas para ello, decidió compartir la euforia en la Avenida Nova Cantareira, la más emblemática de la zona norte.

Por ese sentimiento con su barriada, la familia cedió uno de sus inmuebles en el barrio Santana para la TAS, que funcionó entre 1992 y 2002 en otra de las oficinas abiertas por el piloto para administrar sus negocios personales.

Como era de esperarse, el Instituto Ayrton Senna, que a partir de la imagen del ídolo deportivo acompaña y coordina diversos programas educativos amparados por organismos internacionales, dio sus primeros pasos de acción social en la zona norte, en la que no podía faltar una escuela pública municipal bautizada en su honor.

La línea 2 del metro de Sao Paulo también agregó al nombre de su estación Jardim Sao Paulo el de Ayrton Senna, reforzando la identificación de la zona con el legendario piloto, quien falleció después de un accidente el 1 de mayo de 1994 en el circuito de Imola, en la séptima vuelta del Gran Premio de San Marino.

Placas en la sede deportiva de su amado equipo de fútbol Corinthians, un imponente mural del artista Eduardo Kobra, el túnel urbano más largo de la ciudad -que pasa por debajo del parque de Ibirapuera- y la autopista rápida que une a Sao Paulo y Río de Janeiro llevan también el nombre de Ayrton Senna.

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