Miami.- Dentro del trato están sus 145 canciones, incluyendo «Pies descalzos», «Hips Don’t Lie», «Suerte» y «Dónde estás corazón».

Incluso entra en el catálogo el tema que preparó para el mundial de Sudáfrica en 2010 «Waka Waka».

Muchos de esos éxitos la han convertido en la artista latina que más vendió en todos los tiempos, con 80 millones de discos en todo el mundo.

El trato se hizo con Hipgnosis Song Fund, que también adquirió recientemente la música de Blondie y Neil Young.

La empresa británica no reveló los detalles financieros de la venta, pero por lo general paga el equivalente a 15 años de regalías por adelantado.

Con la desgravación fiscal, muchos se van con «unos 25 años de dinero de una sola vez», dijo el año pasado a la BBC el fundador de la compañía, Merck Mercuriadis.

Eso proporciona a los artistas una seguridad financiera inmediata, mientras que Hipgnosis, que posee las canciones a perpetuidad, espera obtener ganancias creando nuevas fuentes de ingresos para la música a través de licencias de películas y TV, mercadería, nuevas versiones y regalías de interpretación.

¿Por qué Shakira?

Hipgnosis lleva invertidos miles de millones de dólares en los últimos años y adquirió los derechos de la música de otros artistas como Nile Rodgers, Barry Manilow, Chrissie Hynde y el cantante Lindsey Buckingham de la banda Fleetwood Mac.

Shakira, por su parte, es una de las cantautoras más exitosas de los últimos 25 años.

Desde que lanzó su primer álbum en 1991, a la edad de 13 años, ganó tres premios Grammy y 12 Grammy Latinos.

Su primer álbum en inglés, Laundry Service, fue comprado por más de 13 millones de fanáticos en 2001.

Algunos de sus sencillos más exitosos como «Whenever, Wherever», «Underneath Your Clothes» o «Hips Don’t Lie» encabezaron las listas de popularidad en decenas de países.

El álbum más reciente de la estrella, «El Dorado», fue certificado como Disco de Diamante en Estados Unidos, el mayor reconocimiento por las ventas de un material discográfico.

Ella es una de las tres únicas artistas femeninas que tiene dos videos que superan las 2 mil millones de reproducciones en YouTube.

El año pasado protagonizó el emblemático espectáculo de medio tiempo del Super Bowl junto a Jennifer López, dando un impulso adicional a su catálogo de canciones y aumentando su valor para los inversores.

«Es una creadora excelente. Este es el resultado de haber escrito canciones que apasionan increíblemente al mundo», dijo Mercuriadis en un comunicado.

¿Por qué los artistas venden su música?

La seguridad financiera es una razón obvia.En lugar de apostar a que sus canciones sigan ganando regalías durante los próximos 25 años, cantantes como Shakira reciben una suma global por adelantado.

El argumento de Hipgnosis para los músicos es que no es un administrador tradicional que explota los derechos de una composición, sino una «empresa de gestión de canciones» que garantizará el legado de un artista mediante una cuidadosa administración de su música.

Después de comprar un 50% del catálogo de Neil Young, por ejemplo, Mercuriadis prometió que el clásico tema del cantante «Heart of Gold» nunca aparecería en algo como un comercial de hamburguesas.

Hipgnosis no es la única empresa en el juego. A principios de esta semana, la compañía de inversión KKR (Kohlberg Kravis Roberts) compró los derechos de 500 canciones escritas por Ryan Tedder con pistas como «Happier», «Into It» y «Sucker», que fueron interpretadas por diferentes artistas.

Bob Dylan recientemente entregó su catálogo de 600 canciones a Universal Music, en un acuerdo de cientos de millones de dólares.

Y Primary Wave, con sede en Estados Unidos, está comprando los derechos de la música de Stevie Nicks, Leon Russell, Leo Sayer y el dúo de rock Air Supply.

Para Shakira, otro factor en la venta podría ser la demanda fiscal de más de US$17 millones que la enfrentó recientemente con el gobierno español.

¿Los artistas no quieren ser dueños de sus canciones?

Muchos músicos han entrado en guerra por los derechos de sus canciones.

Paul McCartney se peleó con Michael Jackson después de que compró los derechos de las canciones de los Beatles en la década de 1980.

Prince pasó la mayor parte de la década de 1990 luchando contra el sello discográfico Warner por la propiedad de su música, incluso escribiendo la palabra «esclavo» en su rostro como protesta.

Y en el último tiempo, Taylor Swift empezó a regrabar afanosamente sus primeros seis álbumes debido a que las cintas maestras (es decir, las grabaciones originales) las adquirió una empresa de inversión privada en contra de su voluntad.

Los compradores sofisticados trabajan mano a mano con los músicos, definiendo cómo se pueden (y cómo no se pueden) utilizar sus canciones y grabaciones.

Y algunos artistas, como Neil Young, solo han vendido una parte de sus derechos, lo que significa que conservan cierto grado de control.

Otro beneficio potencial de la venta es que, cuando un artista muere, su música no se verá envuelta en desagradables y prolongadas batallas familiares sobre quién administrará su legado.

Y en el caso de Shakira, en un comunicado la colombiana afirmó que Hipgnosis será un «gran hogar» para su música y afirmó que ser compositora es un logro que considera igual y tal vez incluso mayor que ser cantante.

«A los 8 años, mucho antes de cantar, escribí para darle sentido al mundo. Cada canción es un reflejo de la persona que yo era en el momento en que la escribí, pero una vez que una canción sale al mundo, no me pertenece solo a mí, sino también a quienes la aprecian», concluyó.

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