Madrid, España. «Más cerca no hay» de lo que estuvo el Atlético de Madrid de ganar la Liga de Campeones en Lisboa, en 2014, o en Milán, en 2016, según repasa Diego Simeone, el entrenador del Atlético de Madrid durante una década «para la historia» del club, pero advirtió de que no hay que detenerse «en lo que se hizo, sino seguir buscando más» y enfatizó que es «muy cabeza dura» y sigue «creyendo» que «todavía hay más para encontrar y dar».

«¿Cuánto más cerca se puede estar de ganar una Champions de lo que estuvimos nosotros. Llegar al 93, al alargue (en 2014 en Lisboa), a los penales (en 2016 en Milán)… Más cerca no hay. Recorrimos todo ese camino y estuvimos muy cerca. Habrá que seguir trabajando, buscando y no tenerle miedo a lo que va a venir porque cuando venga nos va a agarrar seguramente fuertes», proclamó en una entrevista a los medios oficiales de la entidad rojiblanca.

«Es muy difícil repetir esto que estamos haciendo», expresó el técnico argentino, que cumple diez años al frente del banquillo del Atlético, con el que ha ganado ocho títulos (dos Ligas, en 2013-14 y 2020-21; una Copa del Rey, en 2012-13; dos Ligas Europa, en 2011-12 y 2017-18; y tres Supercopas, una de España en 2014 y dos de Europa en 2012 y 2018) y del que es el entrenador más ganador de la historia, por encima de Luis Aragonés.

«No nos tenemos que detener en lo que se hizo, sino en seguir buscando más, porque la vida es buscar más continuamente», recalcó en una entrevista difundida por el club rojiblanco con motivo del décimo aniversario del momento en que empezó a construir ‘su’ Atlético, con el que ha rebasado todas las expectativas, por más que ahora haya encadenado cuatro derrotas en la Liga por primera vez en sus diez años en el club.

UN «SENTIMIENTO POR EL JUEGO» QUE «SE IDENTIFICA CON LA HISTORIA DEL ATLÉTICO»

Desde que se fue del equipo rojiblanco como jugador o cuando en Racing de Avellaneda cambió el terreno de juego por el banquillo, Simeone siempre tuvo una meta: «Me preparé para llegar a este momento. Lo busqué desde el primer día que dejé el Atlético de Madrid como futbolista, sabiendo que tenía que prepararme y formar mi grupo de trabajo para que algún día apareciera la posibilidad de volver. Era un desafío y sabía que si se daba esa situación sería en un momento de dificultad, como le pasa a todos los entrenadores», expuso el técnico.

Tenía claro cuál era el camino. «Sobre todo conocer la historia nuestra, ser un equipo aguerrido, fuerte, comprometido y rápido», dijo entonces. «Yo definía lo que sentía en ese momento, por la historia que me había tocado vivir como futbolista, por conocer la casa y porque venía preparado para volcar eso con los futbolistas que el club tenía. Entendía que ellos podían reflejar el sentimiento que tengo por el juego y que se identifica absolutamente con la historia del Atlético de Madrid», recalcó.

El primer título fue la Liga Europa en 2012, en Bucarest, con un 3-0 en la final contra el Athletic Club. «Fue un punto buscado. Siempre digo que este club es copero y como tal teníamos la posibilidad de jugar una final con un Bilbao que estaba en un grandísimo momento. Logramos ganar la final con jerarquía, con personalidad, con juego, con velocidad y con un Falcao que terminó siendo determinante», rememoró. También lo fue el delantero colombiano meses después, en agosto, en el 1-4 de la Supercopa de Europa al Chelsea.

LA «INFLEXIÓN» DE LA COPA DEL REY EN EL BERNABÉU

El salto de verdad, en cambio, fue la Copa del Rey de 2013 en el estadio Santiago Bernabéu, ganada en la prórroga con un cabezazo de Joao Miranda (1-2). «Fue la inflexión para darnos cuenta de que también podíamos en el fútbol local, donde entonces ganar lo que sea era casi un imposible ante el Barcelona de Messi y todos los que lo acompañaron o de Ronaldo y todos los que lo acompañaron en el Real Madrid», recordó.

«Siempre la Copa del Rey se juega en un estadio neutral y, por una cuestión de que no se encontraba el lugar, decidieron jugar en el Bernabéu. Siempre se respeta ese 50 por ciento de localidades para que los aficionados participen y a nosotros nos habían dado menos seguro, pero aquellos que estaban se sintieron y escucharon en el momento más importante del partido, que no lo pasamos bien en ese momento. En el alargue fuimos mejores que ellos y nos llevamos una Copa del Rey que nos marcaba lo que iba a suceder posteriormente», apuntó.

Se refiere, por ejemplo, a la Liga que ganó al curso siguiente. Sólo el Atlético de Simeone ha doblegado a 38 jornadas en la Liga al Real Madrid y al Barcelona en las últimas 17 temporadas. La primera vez fue en 2013-14. «Es el punto más alto de ese inicio. Teníamos un gran equipo. Sin un gran equipo es imposible ganar. Teníamos futbolistas talentosos con muchísima personalidad. Fue un equipo muy fuerte, muy convencido de lo que tenía que hacer desde lo defensivo y explotar a un Diego Costa que estaba endemoniado», declaró.

«LA FELICIDAD DE TORCERLE LA MUÑECA A LOS QUE PIENSAN QUE LOS CICLOS SE ACABAN»

La otra Liga fue la pasada campaña. «La felicidad de torcerle la muñeca a aquellos que piensan que los tiempos están terminados y los ciclos de acaban. Está claro que se acaban y terminan, pero nosotros somos muy cabeza dura. Y sigo creyendo y pensando que todavía hay más para encontrar, buscar y dar. Este campeonato nos terminaba afirmando aquella transición que comentaba después de la salida de los históricos importantes. Que se podía. Y para eso tienes que ganar, porque la credibilidad te la da el ganar. Y volvimos a ganar».

«Sin la confianza, la seguridad, la convicción y el compromiso que han tenido ellos (los jugadores) toda la temporada pasada sería imposible», valoró el técnico, que, entre ambas Ligas ganó una Supercopa de España, en 2014; otra Liga Europa en 2017-18 («Nunca es fácil ganar cuando estás obligado a ganar, y el equipo lo hizo», dijo de aquel título) y otra Supercopa de Europa en 2018 ante el Real Madrid en Tallín: «También hemos ganado mucho contra rivales eternamente súper poderosos y esto nos daba una vez más la ilusión de saber que se puede, que hay tiempo y que tienes que estar preparado, porque seguramente vendrán otros momentos de estos que ojalá sean para nuestra parte».

Son ya diez años al frente del Atlético. «Soy un agradecido. A Enrique (Cerezo, presidente del Atlético de Madrid), por la persona que es, por el cariño, la seguridad y la tranquilidad que transmite y a Miguel (Ángel Gil Marín, consejero delegado) porque siempre digo que es un genio en lo suyo. Él logró, a partir del trabajo que nosotros pudimos transmitir, llevarlo al lugar dónde está», aseguró.

«Mi regreso siempre lo sentí como una responsabilidad. La gente esperaba que mucho de lo que había dado como futbolista se pueda representar ahora como entrenador. Y esa responsabilidad crece año tras año. Hemos llevado al club a un lugar que la gente pide más. Y está bien que pida más. Es la mejor manera de exigirle al Simeone entrenador y al que venga después, porque el club está en un momento de crecimiento y la afición tiene que exigir más. Me centro en seguir teniendo la energía y la fuerza para transmitir lo que siento de lo que necesita este club. No tengo ninguna duda de que tengo muy claro lo que necesita este club», concluyó.

EFE noticias

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