Ciudad Guayana.- En 2019 la Comisión de Encuesta de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) emitió un informe sobre Venezuela, en virtud a una queja presentada en 2015 por 33 delegados empleadores en la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT).

La queja revelaba la inobservancia de Convenios de la OIT y fundamentaba, en particular, actos de violencia, otras agresiones, persecución, acoso y una campaña para desprestigiar a la organización de empleadores Federación Venezolana de Cámaras de Comercios y Producción, incluidos sus líderes y afiliados; así como injerencia de las autoridades, ausencia de consulta tripartita y exclusión del diálogo social.

El pasado lunes 25 de abril se inició el foro de diálogo social entre el Gobierno, patronal y sindicatos con el fin de, según el director general de la OIT, tratar de encontrar soluciones a «todas las cuestiones pendientes sobre la aplicación de los convenios números 26 (fijación de los salarios mínimos), 87 (libertad sindical y protección del derecho de asociación) y 144 (consulta tripartita) en la legislación y en la práctica».

Sobre esto el líder del partido político La Causa Radical, Andrés Velásquez, desestimó que este diálogo traiga resultados concretos. «Nicolás Maduro no tiene palabra ni compromiso alguno por derechos laborales en este país. Yo no me hago alguna ilusión en que habrá algún cambio en la relación de trabajadores y Gobierno Nacional», aseveró.

Asimismo, denunció que mientras el Gobierno de Maduro esté en el poder, «no habrá fórmula que permita que los trabajadores sean reconocidos y sus derechos sean nuevamente reivindicados», esgrimió.

Diálogo sobre los trabajadores, sin los trabajadores

Este diálogo tripartito, que finalizó el 28 de abril, no dejó sensaciones positivas para algunos sindicalistas en Guayana, sobre todo porque desde el inicio del mismo se le negó la participación de su representante, Rubén González.

El secretario general del Sindicato Unido Nacional de Empleados Públicos (Sunep) de la Corporación Venezolana de Guayana, Ramón Gómez, culpó al Gobierno por «querer disfrazar la verdad», evitando la entrada al diálogo a sindicalistas como Rubén González; además, lamentó que el foro de diálogo social «perdió su objetivo principal», al tocar los temas como las sanciones de Estados Unidos.

«Si tenemos esa tribuna con la OIT ¿Por qué tenemos que disfrazar la verdad? La verdad es una sola: los trabajadores hemos sido víctima de violación a los derechos humanos. Muchos trabajadores fueron despedidos, otros fueron jubilados forzosamente. En esa reunión se tenían que tocar temas como la destrucción de las empresas, el secuestro de los derechos de los trabajadores cuando eliminaron las convenciones colectivas o el hostigamiento. Como sabían que el compañero Rubén González les iba a decir las verdades, entonces no lo dejaron entrar», denunció.

Andrés Velásquez también se refirió al caso del coordinador general de la Intersectorial de Trabajadores de Guayana. «El régimen lo ha metido preso en varias oportunidades. No quieren que una voz clara, contundente y transparente, como la de Rubén, se expresara», lamentó.

Fijación de salarios mínimos

Ramón Gómez se basó en el artículo 91 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el cual expresa que «Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales», para mostrar su rechazo a la fijación de salarios mínimos que el Gobierno ha realizado.

«El salario no se fija de la manera en la que cualquiera lo desee. Allí está el artículo 91 de nuestra Constitución. Sabemos que Venezuela está pasando por una crisis debido a la mala administración de los recursos, pero los trabajadores no tenemos que pagar las consecuencias de todo, si no pueden administrar que se vayan. Nosotros exigimos un salario digno», aseveró González. 

Cesar Soto, sindicalista de la Siderúrgica del Orinoco, explicó que para que estas reuniones tripartitas no terminen en fracaso, era necesario pasar de la mesa a la acción.

«En mi caso, yo veo cómo Sidor manda videos tratando de mostrar que todo está perfecto y no es así. Las empresas no superan el 5% de producción. Para que las reuniones no terminen en fracaso hay que rescatar las empresas para ofrecerles sueldos dignos a los trabajadores y recuperar la libertad sindical. No es solo quedarse en palabras», comentó.

Por ahora, salvo la liberación con cautelares del sindicalista Eudis Girot, no se han informado logros de las reuniones que ya llegaron a su final.

Brayan Silva

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