Los sindicatos franceses esperan que el Consejo Constitucional censure total o parcialmente hoy la polémica reforma de pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron, pero prometen mantener la «combatividad» social en cualquier caso, mientras el Ejecutivo asegura que su prioridad es «apaciguar» las aguas.
«Esta ley está empañada por una serie de fallos jurídicos, democráticos y sociales», recalcó Sophie Binet, secretaria general de la combativa CGT francesa, en declaraciones a la prensa en un acto de su sindicato en la región metropolitana de Lille.
A horas de que el Consejo Constitucional se exprese sobre la adecuación o no de la ley a la Carta Magna francesa, Binet explicó que, en función de la decisión, los sindicatos decidirán unidos «llamar a nuevas acciones» de movilización, como las que se vienen dando desde enero.
En cualquier caso, precisó, el espíritu es de «combatividad y determinación».
Respecto a la ruptura del diálogo social por los choques con el Gobierno estos meses, Binet manifestó que los sindicatos están dispuestos a dialogar, pero siempre sobre la base de una retirada de esta iniciativa, que tiene como eje central el retraso de la edad mínima de jubilación (de los 62 a los 64 años).
Pero hablará diálogo, dijo, si lo que quiere el Gobierno es tratar otros temas después de una hipotética promulgación de la ley de reforma de las jubilaciones. Eso podría ocurrir en un plazo de quince días, siempre y cuando el Consejo Constitucional respaldase esta tarde el texto.
En ese sentido, la líder de la CGT espera aún que Macron «recupere finalmente la razón».
«La concordia es retirar esta reforma de pensiones que tiene unida en contra a toda la población, no se puede dirigir un país contra la mayoría de la población», agregó.
En París, la sede del Consejo Constitucional, que es el organismo encargado en Francia de que las leyes se ajusten a la Carta Magna para proteger los valores fundamentales de la República, amaneció hoy en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.
Se espera que su decisión sobre la reforma de las pensiones se dé a conocer a las 18 horas locales (16 GMT).
El Gobierno decidió dedicar la mañana a ofrecer una cierta imagen de normalidad. Macron tiene previsto visitar las obras de restauración de la catedral de Notre Dame, acompañado de su esposa, cuando están a punto de cumplirse cuatro años del incendio que la destruyó parcialmente.
La primera ministra, Élisabeth Borne, dedicó la primera parte del día a visitar un supermercado en Eure-et-Loir (centro del país), para charlar con los vecinos sobre los problemas de la pérdida de poder adquisitivo.
Tanto espontáneos como prensa, sin embargo, no dejaron de insistir en el tema de las pensiones, respecto a lo que Borne dijo que su prioridad ahora es «apaciguar» el país.
«Soy consciente del rechazo a la reforma de una parte de la población francesa. Es importante que podamos tener en cuenta todas las preocupaciones, que se pueda debatir con las organizaciones patronales y sindicales», manifestó.
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