Fotografía de archivo en la que se registró al ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Juan Carlos Holguín, durante una entrevista con EFE, en Quito (Ecuador). EFE/José Jácome

Quito/Buenos Aires.- Las relaciones entre Ecuador y Argentina se encuentran en un momento tenso tras el anuncio de la expulsión de sus respectivos embajadores por la fuga a Venezuela de la exministra correísta María de los Ángeles Duarte, pero no han llegado al extremo de la ruptura de relaciones diplomáticas.

Duarte, que formó parte de la administración del expresidente izquierdista Rafael Correa (2007-2017), abandonó la residencia de la embajada de Argentina en Quito en la que se había refugiado durante más de dos años y medio para no ir a prisión por una condena de ocho años de cárcel por corrupción.

Lo hizo después de que el Gobierno de Argentina, presidido por el peronista Alberto Fernández, le concediese el asilo que había solicitado, pero el de Ecuador, que preside el conservador Guillermo Lasso, se opuso a entregarle un salvoconducto para que viajase a Buenos Aires sin ser detenida.

Aunque la salida de Duarte se hizo pública la noche del lunes, se desconoce aún el momento exacto que abandonó la residencia de la embajada argentina, así como la forma en que se desplazó a Venezuela, donde el martes llegó a la sede diplomática de Argentina en Caracas, cuyo Gobierno no se ha pronunciado sobre el asunto.

Una de las hipótesis que maneja la Policía Nacional de Ecuador es que la exministra saliese de la residencia en un vehículo diplomático, según señaló este miércoles al canal Ecuavisa el director de Investigaciones, Fausto Olivo.

EXPULSIÓN DE EMBAJADORES

En medio de las investigaciones en torno a la fuga de Duarte, el martes Quito anunció la expulsión del embajador argentino, Gabriel Fuks, tras declararlo persona «non grata», a raíz de lo cual Buenos Aires solicitó también al embajador ecuatoriano, Xavier Monge, que se retire del país.

Argentina aseguró que tomó con «sorpresa» y «tristeza» la decisión del Gobierno de Guillermo Lasso, por el «desacuerdo» de brindar un salvoconducto por el asilo a la exministra ecuatoriana.

El ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Juan Carlos Holguín, argumentó la expulsión de Fuks por una pérdida de confianza en el diplomático, en cuya residencia estaba refugiada Duarte, una decisión que Buenos Aires consideró «incomprensible».

En Quito no sólo creen que el embajador argentino tuvo «inconsistencias» al explicar los hechos, sino que además no ha atendido su pedido de entregar material y documentos como las grabaciones de las cámaras de seguridad.

El Gobierno de Argentina sostiene que Duarte se marchó de la residencia supuestamente en el transcurso del fin de semana y sin previo aviso, tras haber estado allí refugiada desde el 20 de agosto de 2020 junto a su hijo menor de edad, de nacionalidad argentina.

El ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Santiago Cafiero, defendió este miércoles en redes sociales la actuación del Gobierno argentino al señalar que, luego de tres meses sin acuerdo con Ecuador para el salvoconducto, Duarte estaba en una situación «precaria» que «atentaba contra sus derechos fundamentales», por lo que elevó el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) «para su intervención».

DUARTE DA LAS GRACIAS A ARGENTINA

En un mensaje por Twitter, Duarte, que se considera una perseguida política y niega los cargos en su contra, adujo su salida de la residencia argentina a que Ecuador le negó salvoconducto, y agradeció a Buenos Aires por haberle «cobijado ante la persecución de los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso».

«Al negarme el salvoconducto que me correspondía como asilada política, de acuerdo a la convención de Caracas de 1954, e impedir mi salida segura, el Gobierno ecuatoriano me convirtió en su rehén política», escribió la exministra, que ocupó la cartera de Obras Públicas entre el 19 de febrero de 2015 y el 6 de enero de 2017.

Pero Holguín argumenta que Duarte es «una prófuga de la Justicia», y recordó que el «artículo 3 del acuerdo de Caracas manifiesta directamente y explícitamente que no se puede entregar un salvoconducto a una persona que tenga una sentencia, y tampoco por casos de delincuencia común».

ECUADOR NIEGA PERSECUCIÓN

El canciller también niega cualquier persecución contra Duarte al señalar que la sentencia condenatoria la recibió antes de que el Gobierno de Lasso ganase las elecciones de 2021 y durante el mandato presidencial de Lenín Moreno, que fue vicepresidente de Correa.

Duarte fue condenada en 2020 junto a Correa a ocho años de cárcel por cohecho como parte del caso «Sobornos 2012-2016», una trama de financiación irregular del entonces movimiento oficialista Alianza País, liderado por el expresidente, con aportes indebidos de empresas que no fueron declarados.

Holguín consideró este miércoles que el impasse con Argentina por el «caso Duarte» no debe afectar «de ninguna manera» las relaciones bilaterales a mediano y largo plazo.

En ese sentido se manifestó también Cafiero, al decir que «el profundo aprecio de la Argentina al pueblo del Ecuador no cambia con este desencuentro coyuntural».

No obstante, Holguín mencionó una «preocupación adicional: quien funge como embajador de Argentina en Caracas es el presidente del Instituto de Pensamiento que, entre otras personas, lidera también el señor Rafael Correa».

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