Miami.- La guerra contra el invasor pez león en los Cayos de Florida (EE.UU.), que hasta ahora se libra con anzuelos y arpones, va a escalar este verano con la entrada en acción de un submarino amarillo traído desde California.

La organización Lionfish Central, creada con el fin de erradicar el pez león de los mares en los que no debería estar, ha buscado ese refuerzo para poder aprender más de su enemigo y diseñar estrategias de lucha más eficientes, según dice a Efe su fundador, Scott W. Gonnello.

Procedente de la región Indo-Pacífica, el pez león ha alterado el ecosistema marino de Florida, adonde llegó a mediados de los años 80, al igual que los de otros muchos sitios en Centroamérica, el Caribe y la parte septentrional de Suramérica.

El submarino SeaMobile y su piloto, el veterano submarinista Scott Cassell, que lo ha usado hasta ahora en misiones de investigación en California, entrarán en campaña en julio y en principio permanecerán tres meses en los Cayos, un rosario de islas e islotes entre Florida y Cuba.

Gonnello explica que esa nave con capacidad para dos personas, motores eléctricos y funcionamiento con baterías, puede descender a 200 o 300 pies (de 61 a 98 metros) de profundidad y permanecer dentro del agua de diez a ocho horas o más en caso de emergencia.

Es una profundidad a la que pocos submarinistas llegan y si lo hacen solo pueden estar un tiempo muy limitado, nunca el suficiente para obtener información sobre las abundantes poblaciones de peces león que hay allí abajo y sus costumbres.

¿ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA?

Pero el «Lionfish Patrol Submarine Project» no solo busca información, también ver si el submarino podría adaptarse para capturar peces león en grandes cantidades, dice Gonnello.

«Nuestra misión es evaluar, educar y erradicar los peces león de nuestros arrecifes», declara sin tapujos la organización en su web.

Lionfish Central cuenta ya con una aplicación para teléfono con información útil acerca del pez león y cómo contribuir a su erradicación, recogida en parte de los submarinistas que forman parte de la comunidad.

Por ahora ayudan con esa app a 25 países en sus esfuerzos de erradicación de una especie invasora y depredadora, dice Gonnello, que es submarinista y participará activamente en el proyecto con el submarino.

Actualmente la única manera de reducir la presencia de esta especie es sacando del mar el mayor número posible de ejemplares.

Desde hace más de cinco años también se promociona el consumo de pez león, una estrategia que Gonnello apoya, pero con la que reconoce que tan solo se puede aspirar a reducir el número, no acabar con ellos antes de que ellos acaben totalmente con las especies autóctonas de los arrecifes del sur de Florida.

La Comisión para la Conservación de la Vida Silvestre y la Pesca (FWC) de Florida organiza regularmente jornadas de pesca y torneos en los que paga premios a los que logran hacer más bajas enemigas, y también existe ahora el incentivo económico de venderlos a cadenas de supermercados o restaurantes.

«Es un pez muy bueno para comer, más sano y limpio que otros», dice Gonnello.

Los primeros ejemplares de pez león, así llamado por sus escamas leonadas y una especie de melena formada por las espinas que le rodean la cabeza, en las que se aloja un potente veneno que no está presente en su carne, fueron vistos por primera vez en aguas de Florida en 1985.

Desde entonces la población se ha incrementado de forma alarmante.

CÓMO ACABAR CON ELLOS

La cadena de supermercados Whole Foods empezó en 2016 a incluir en su oferta de pescado el pez león, cuya carne «blanca y mantecosa» es apropiada para todo tipo de recetas, según decía la publicidad.

En la web de Lionfish Central se puede consultar una lista de restaurantes que sirven platos hechos con Pterois volitans y Pterois miles, lo dos tipos de pez león que hay en aguas de este estado.

Gonnello subraya que, además de que no hay en su hábitat otro animal que pueda con ellos, los peces león tienen una capacidad reproductora «increíble».

Las hembras de pez león alcanzan la madurez en un año y pueden poner hasta 30.000 huevos cada dos a cuatro días, lo que equivale a alrededor de dos millones de huevos por año.

Los huevos no entran en la cadena alimenticia debido a la capa tóxica que los rodea y esto significa que en buenas condiciones se agregarán dos millones de ejemplares a los arrecifes cada año de un solo pez león, dice la web Lionfish Central.

Y además, el único depredador del pez león en las zonas que ha invadido es el ser humano, dice Gonnello.

Lionfish Central ha organizado una campaña para financiar el proyecto con el submarino con las contribuciones de particulares y empresas que quieran formar «parte de la tripulación».

Con 10.000 dólares de donación se puede obtener el rango de almirante y otras ventajas, y con 500 dólares, la menor contribución, el de alférez, según se expone en la web de la organización.

Ana Mengotti EFE

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