El centro de tiro de Chateauroux, escenario de la competición de este deporte en París 2024, fue el escenario de un momento histórico, el regreso a unos Juegos Olímpicos después de 40 años del tirador venezolano Leonel Martínez.
El deportista de Maracaibo, nacido el 18 de septiembre de 1963, tuvo la oportunidad en París 2024 de participar en sus segundos Juegos tras haberlo hecho en Los Ángeles 1984, un retorno para los libros de historia, puesto que le sitúan tras el jinete de doma japonés Hoketsu Hiroshi, quien esperó 44 años entre su estreno en Tokio 1964 y su vuelta en Pekín 2008 con 67 años.
El jinete asiático aún tuvo tiempo para participar en los siguientes Juegos, en Londres 2012, con 71 años, y Martínez piensa hacer algo similar curiosamente en la ciudad de su estreno olímpico.
«Tengo una luz en mi interior que me guía hacia Los Ángeles 2028. Ese es mi futuro. El trabajo para lograrlo comienza ahora mismo», manifestó en declaraciones a los servicios de información de París 2024 el tirador venezolano, que hace 41 años acabó en la cuadragésima primera posición.
«Voy al gimnasio todos los días; mantengo mi cuerpo en movimiento. No creo en la ciencia médica que dice que a los 40 o 50 años ya no se deben hacer ciertas cosas. Puede que eso sea cierto para la gente que lo cree, pero para mí la edad es solo un número. Trabajaré con mi cuerpo y con mi mente. Este deporte es 90% mental», aseguró Martínez.
Llegó a dejar el deporte tras su experiencia olímpica. Contrajo matrimonio con Magaly Chacin y creó una empresa familiar de fabricación de suministros médicos desechables. Fue padre de Patricia y Leonel y en los Panamericanos de Guadalajara 2011, como espectador, volvió a sentir el ‘gusanillo’ de la competición.
«No hizo falta mucha fuerza para intentar volver. Cuando hay algo que te apasiona, algo que impulsa tu existencia, es fácil. Quería salir del retiro y volver a experimentar lo que estoy viviendo ahora. Esa adrenalina que todavía sientes, vuelve en un segundo. De eso se trata el deporte», explicó.
«Mi motivación es definitivamente la pasión», asegura el venezolano, quien concluyó en la vigésima octava plaza en la clasificación de la prueba masculina de foso, con una tanda de nivel en la que falló tan solo nueve platos de sus 125 disparos.
Ahora, el subcampeón panamericano en 2023 sabe que para estar en los próximos Juegos en Los Ángeles tendrá que «trabajar duro» para estar listo y en condiciones de agrandar su leyenda. La ciudad estadounidense le espera.
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