Venezuela, una nación hasta hace poco vetada de facto por el turismo internacional a consecuencia de la crisis, la inseguridad y la hiperinflación, vuelve a ser un destino viable y atractivo para aventureros y trotamundos extranjeros que recorren el país de las formas más diversas, utilizando desde la bicicleta hasta la autocaravana.
En solitario, en pareja, en grupos, y hasta acompañados de mascotas, los viajeros que se aventuran a recorrer el mundo y transitar países como un estilo de vida retomaron las visitas a Venezuela, tras la leve mejoría económica de los últimos dos años y el impulso del sector turístico.
Ejemplo de ello son el motorista argentino Sebastián Villanueva o el ciclista holandés Rutger Hanssens, quienes contaron su experiencia al visitar por primera vez el territorio venezolano que, si bien les pareció «costoso», mostró a ambos su versión «más amable».
Venezuela: último destino de Suramérica
El argentino Sebastián Villanueva lleva dos años y medio viajando por Suramérica en motocicleta. Mientras recorría Colombia, se enteró de que abrieron las fronteras entre el país cafetalero y Venezuela, por lo que decidió incluir este nuevo destino a su travesía, pese a las advertencias de riesgo por parte de varias personas.
A inicios de junio llegó a la nación caribeña, la última en su paso por el sur del continente antes de ir a Panamá para seguir hacia su destino final: Alaska, en Norteamérica.
Desde entonces, comprobó, en primera persona, si es cierta o no esa frase de que «Venezuela se arregló», dicha por algunos amigos y seguidores que lo invitaron a visitar el país, y que le negaron otros que consideran peligroso viajar en motocicleta por la nación petrolera.
«Tuve una experiencia, hasta ahora, alucinante en todos los lugares a los que fui. La gente me ha tratado súper amable, me ha abierto las puertas de su casa, me han ayudado. Han colaborado con todo, así que la verdad no tengo nada para decir en contra de la gente en sí, que es lo que más me llevo», aseguró Villanueva.
El joven ha recorrido algunas de las principales regiones de Venezuela y, si bien destaca que encontró amabilidad y empatía, también reconoce que es el destino «más caro» que ha transitado en Sudamérica.
«Lo único para criticar es que está muy costoso, ya suena a abuso directamente. Es lo único que puedo criticar. Y hasta está acortando mi estadía en Venezuela, porque está siendo muy costoso para mí y para cualquiera que ha ingresado», dijo.
A través de sus redes sociales, relató algunas complicaciones que encontró, entre las que destaca las complicaciones para abastecer combustible por la escasez que vive la nación y que se acentúa en el interior.
Primer paso de la aventura
Rutger Hanssens buscó un boleto que lo sacara de Europa y lo llevara a Latinoamérica para cumplir su sueño de recorrer la región en bicicleta. Entonces, Caracas apareció en su itinerario como una opción posible.
Igual que a Villanueva, amigos e incluso las propias autoridades de Holanda, le advirtieron a Hanssens sobre «los peligros de Venezuela» y las posibilidades de «robos o secuestros», incluso durante el traslado del principal aeropuerto del país hasta Caracas.
«No pasó nada, viajé y la gente estuvo muy buena y muy amable, muy acogedora. Pero sí, antes de mi viaje, yo leí muchas cosas malas sobre Venezuela», aseguró el joven, quien afirmó que fue por la recomendación de venezolanos que decidió visitar el país, al que llegó en abril y en el que espera quedarse hasta septiembre.
Aunque admite que las calles no están adaptadas para andar en bicicleta ni hay espacios para acampar al aire libre, ha visitado varios lugares turísticos y ha conocido la hospitalidad de los locales, a tal punto que, ahora, un perro que le regaló una pareja de agricultores en Lara es su compañero de ruta.
Hanssens coincide con Villanueva en que los costos de hospedaje y comida no facilitan adentrarse en Venezuela, pero señaló que es la «amabilidad» de la gente, incluso con alguien como él que no maneja bien el español, lo que hace de Venezuela «un gran destino».
Es así como, en los recorridos mostrados en redes sociales por estos y otros trotamundos que han visitado Venezuela, se evidencia el contraste entre lo bueno y lo malo de un país que intenta hacer del turismo un motor económico.
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