Washington.-El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decretó el estado de emergencia en el distrito de Columbia, en cuya capital, Washington D.C., se celebrará en unos días la investidura del presidente electo, Joe Biden, y donde hace menos de una semana una turba de sus simpatizantes asaltaba el emblemático edificio del Capitolio, sede del Poder Legislativo del país.

Trump aludió a «condiciones de emergencia» ante la inauguración presidencial para tomar esta decisión, que permite al Departamento de Seguridad Nacional y a la Agencia Nacional para el Manejo de Emergencias intervenir y ayudar a las fuerzas de seguridad de la ciudad en caso de ser necesario. La vigencia de esta decisión es hasta el 24 de enero.

En este sentido, la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, pidió horas antes al Departamento de Seguridad Nacional reforzar la seguridad en torno al Capitolio de cara al esperado acontecimiento que inaugurará una nueva legislatura en Estados Unidos, después de que ella misma emitiera una orden para extender el estado de emergencia y el toque de queda en la capital estadounidense durante quince días más.

Este anuncio se da coincidiendo con la alerta que emitió el FBI al resto de autoridades y agencias federales ante la posibilidad de «protestas armadas» en las diferentes capitales estatales durante los días previos a la inminente toma de posesión de Biden, prevista para el 20 de enero en la escalinata del Capitolio en Washington, informó Europa Press.

Por su parte, las autoridades informaron de que dos agentes de la Policía del Capitolio fueron suspendidos y al menos otros diez están bajo investigación por su comportamiento durante el asalto a la sede del Poder Legislativo el pasado miércoles.

La policía

El papel que tuvo la Policía del Capitolio durante el asalto fue ampliamente cuestionado por los representantes políticos y figuras de alto nivel, ya que la manifestación de seguidores de Trump, que coincidía con la certificación en el Congreso de la victoria de Biden, se anunció desde hacía días y las medidas de seguridad se puso en entredicho.

La condena a la forma de actuar de este cuerpo de seguridad motivó la dimisión de su jefe, Steven Sund. Se comparó la respuesta de los agentes del miércoles con la llevada a cabo durante las manifestaciones en verano frente al Capitolio con motivo del movimiento «Black Lives Matter», cuando las protestas fueron duramente reprimidas a pesar de su carácter pacífico.

En este sentido, varios miembros del partido demócrata en el Congreso plantearon las posibles simpatías que tendrían los agentes del Capitolio con los asaltantes y que, incluso, les permitió el acceso al edificio, como parece que señalan los videos difundidos por redes de esa jornada.

Juicio por caos

Luego de los juicios anunciados hacia Trump por el caos en el Capitolio, el mandatario afirmó que las medidas para empezar un «impeachment» en su contra provocaron una tremenda ira, pero agregó que hay que evitar violencia, pese a que le parece absolutamente ridículo.

«No quiero violencia», dijo el republicano a los periodistas antes de dirigirse hacia el muro fronterizo en Álamo, Texas.

Hablando sobre el proceso del juicio político en su contra, Trump dijo que era «la continuación de la mayor caza de brujas en la historia de la política».

Además, el mandatario rechazó cualquier responsabilidad por el violento asalto de sus partidarios al Capitolio la semana pasada y aseguró que los comentarios que hizo en aquel momento eran apropiados, informó Actualidad RT.

«Si leen mi discurso (…) lo que dije fue totalmente apropiado», indicó Trump a los periodistas desde la base de la Fuerza Aérea Andrews.

 

Agencia

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