Barrancos (Portugal)/Alconchel (España).- Cae la noche y las estrellas cubren el castillo de Noudar. A un lado, Casiopea, más allá la Osa Mayor. Nelson Nunes perfila las constelaciones con un láser en la oscuridad del Alentejo, en la frontera hispanolusa, en la región más transparente del sur de Europa.
Un centenar de personas disfruta de una noche cerrada que rezuma verano en este castillo medieval, levantado sobre una colina bañada por el río Ardila. Apenas una estrecha franja de agua que separa Portugal y España.
Ayudado por telescopios instalados provisionalmente en el antiguo patio de armas del castillo, Nelson va descubriendo los tesoros escondidos en los cielos.
Disfruta, además, desgranando las leyendas mitológicas que dan nombre a las constelaciones. Son, dice, historias que ayudan a entender el legado europeo. «Es la cultura europea occidental, estas historias vienen de los griegos, de los romanos…».
Este cosmólogo y profesor de la universidad de Lisboa se ha convertido en «guía del cielo» y comanda el Observatorio del Lago Alqueva (OLA), un centro de referencia del llamado «turismo de estrellas» en esta zona compartida por España y Portugal.
Más de 250 kilómetros cuadrados y 13 municipios de ambos lados de la frontera integran la región de Alqueva, que ha crecido alimentada por el mayor lago artificial del suroeste de Europa, con aguas del río Guadiana, y que en los últimos años ha multiplicado su actividad turística ayudada por fondos europeos.
UNA BALCÓN CON VISTAS A LA VÍA LÁCTEA
Castigada por el olvido y la despoblación durante décadas, la región se reinventa y aprovecha dos realidades que hasta ahora cargaba como un lastre: su escasa población y su prácticamente nula actividad industrial.
«Tenemos en esta región uno de los cielos más oscuros de Europa, la polución lumínica es muy reducida», presume José Calixto, alcalde de la lusa Reguengos de Monsaraz, y presidente de la Asociación Transfronteriza de Municipios del Lago Alqueva (ATLA).
Condiciones que han sido reconocidas con la certificación de «Destino turístico Starligth»: Alqueva, un galardón de la Fundación Starligth, que cuenta con apoyo de la Unesco y de la Organización Mundial de Turismo.
Cielos limpios que se extienden sobre Moura, Mourao, Vidiguiera, Barrancos, Serpa, Viana de Alentejo o Reguengos de Monsaraz, del lado portugués, y llegan hasta Olivenza, Alconchel, Cheles y Villanueva del Fresno en España.
Un balcón privilegiado que permite recorrer la Vía Láctea sin telescopios porque tiene tres ventajas esenciales: poca polución lumínica, alto contraste y transparencia.
«El cielo es perfecto», en palabras de Nuno Pereira, astrónomo del proyecto «DarkSky Alqueva», cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional FEDER a través del Programa Interreg España-Portugal (POCTEP) 2014-2020, que acaba de recibir el premio turismo responsable de los World Travel Awards.
GUÍAS DEL CIELO
Nuno Pereira llegó a la pequeña localidad lusa de Cumeada a principios de año. Es uno de los «guías del cielo» del Alentejo. Y reúne las condiciones imprescindibles que, enumera, se necesitan para este trabajo: Tiene conocimientos de astronomía, sabe cómo explicar conceptos científicos y, por supuesto, puede manejar un telescopio «y mostrar nebulosas, galaxias y planetas… todo de forma muy simple».
En el pequeño observatorio de «DarkSky» de Cumeada, Nuno descubre el techo corredizo de la sala para enfocar sus telescopios hacia la luna, los aros de Saturno y la «melena» incandescente del sol.
«Parecen pequeñas explosiones, pero dentro de cada pequeña mancha, la tierra cabe dentro sin problemas», advierte a los visitantes.
También Nelson Nunes disfruta desvelando los secretos de las estrellas a los curiosos que llegan al Observatorio del Lago Alqueva (OLA), abierto hace tres años.
«Me gusta compartir la idea de que nuestro universo es inmenso y su edad increíble, más de mil millones de años.. si es que tiene inicio.. también me gusta compartir la historia de las estrellas y explicar que nacen, mueren….unas son más calientes que otras, unas rojas, otras azules, amarillas… «.
Nelson conduce sesiones nocturnas de observación, cursos de astronomía y divulgación en la Universidad de Lisboa y en el OLA, donde una vez al mes se convoca a expertos y científicos para hablar de los cielos.
Ambos coinciden en que el silencio de la noche es una de las cosas que más sorprende a los turistas. El láser con el que los «guías del cielo» dibujan las constelaciones o delinean la Vía Láctea es otra de las sorpresas de las sesiones nocturnas. Y la estrella polar. «Esperan una gran estrella, pero cuando apuntamos a una flaquita se quedan sorprendidos», apunta Nuno.
Aunque, reconocen, los cráteres de la luna son un clásico que engancha a los astrónomos casuales y Júpiter y los anillos de Saturno les impactan. «Todo el mundo se queda con los ojos abiertos».
TURISMO SUSTENTABLE
Alconchel, en el lado español de la frontera, avanza en el desarrollo de su «turismo de estrellas» y ultima un mirador que se instalará en su castillo para mejorar su oferta, anuncia su alcalde, Oscar Díaz Hernández.
«Hasta ahora habíamos vendido turismo de día, nos faltaba trabajar la noche», reconoce este amante de la Historia. «El turismo de estrellas nos permite tener gente pernoctando al menos una noche y al día siguiente disfrutar de nuestra gastronomía, de nuestro patrimonio…».
Esta localidad extremeña ha recibido miles de visitantes atraídos por sus cielos, aunque aún no llega a los 100.000 que el año pasado acudieron a su vecina lusa Monsaraz.
Para lograrlo, es clave mantener los «cielos limpios» y limitar la contaminación lumínica. Una cuestión que depende, directamente, de los municipios.
Alconchel, continúa Díaz, fue pionero en la española región de Extremadura en aprobar una regulación del alumbrado público.
En el lado portugués también se han puesto manos a la obra. Por eso, anuncia José Calixto, se destinará una inversión millonaria a sustituir 55.000 luminarias en los 14 municipios del Alentejo central.
En Cumeada, sede de DarkSky, se han dado grandes pasos. «Se puede comandar la iluminación con un teléfono móvil y colocar a un 10 por ciento de la intensidad total cuanto hay alguna demostración o hay observación de estrellas», apunta Calixto.
Una práctica que se traduce, además, en ahorro de energía y que los guías de la zona se encargan de explicar con detalle a los turistas. La idea es defender un turismo sustentable.
«Esperamos distribuir el mensaje de mejorar el uso de la luz, de hacer actividades más relacionadas con medio ambiente y de forma inteligente. Actividades relacionadas con las personas y la cultura», explica Rebecca Slade.
Rebecca colabora con el observatorio de Cumeadas, que, junto con el OLA de Alqueva, son los dos principales centros de referencia para los paseos nocturnos.
Han recibido miles de turistas en el último año, en su mayoría de Portugal, España y Francia, aunque crecen los procedentes de Brasil, China y Japón… hasta 40 nacionalidades en su libro de visitas.
Ella es un ejemplo claro de que la región tiene futuro. Como muchos jóvenes de su generación, se marchó a estudiar fuera de Portugal, pero, en contra de la corriente mayoritaria, decidió volver e integrarse en un proyecto que, al menos por el momento, la ilusiona.
… Y TURISMO DE ESTRELLAS
«Esto es espectacular. Es una cosa única». Así resume Ellen Rabiner su noche de estrellas en el castillo de Noudar. Para Ellen, una conocida cantante de ópera estadounidense afincada en Portugal, la experiencia transmite «una sensación de tranquilidad, de eternidad». «Un nexo entre la humanidad y la naturaleza».
A pocos metros, José Antonio Tenente, disfruta de una aventura «casi infantil» que, dice, «me deja maravillado».
Este popular diseñador de moda luso repite en la observación de las estrellas y «la sensación es siempre la misma: increíble». Mirando al cielo, en la noche, «percibimos la inmensidad y lo pequeños que somos. Es una sensación de infinito… algo muy fuerte».
«Es un privilegio estar en medio del campo, donde no hay ruido, con un cielo puro y sin polución, es algo extraordinario». Sara Fonseca conoce bien la región pero no se cansa de admirar sus impresionantes paisajes, también nocturnos.
La directora ejecutiva del Festival Terra sem Sombra -una invitación a bucear en la cultura del Alentejo y de la Raya hispanolusa-, encuentra en el turismo de estrellas «una alternativa para evitar la despoblación» y atajar las carencias de la zona.
«Es necesario reconciliarse y este es un sitio mítico, donde el hombre puede encontrar lo que quiera … quien quiere encontrar a dios encuentra a dios, y quien quiere encontrar otra cosa, encuentra otra cosa».
«Es extraordinario». «Tenemos a España aquí al lado. Somos hermanos, estamos en la frontera, en un mismo cielo…».
A pocos metros, Nelson Nunes da por terminada la sesión en el castillo de Noudar. «Al contemplar el cielo, al percibir nuestra posición en el universo, nos damos cuenta de que no estamos en el centro del sistema solar, ni en el centro de nuestra galaxia, nuestra galaxia es una entre muchas… también hablamos de materia oscura, de energía oscura… aquello de lo que estamos hechos, neutrones y protones, es solo el 5% de lo que existe en el universo».
«Es la última humillación posible, somos sólo el 5% de lo que existe en el universo».
EFE
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