

La instalación de un radar estadounidense de largo alcance en Tobago, junto a la crisis diplomática entre EE.UU. y Venezuela, impacta negativamente al turismo, pilar económico del país caribeño.
La Asociación de Hoteleros de Tobago reporta cancelaciones por temor a que Crown Point —donde se ubica el sistema— se convierta en objetivo militar. Turistas y locales cuestionan constantemente la presencia.
Reginald MacLean, presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo, describió la situación como «período difícil e incierto». Operadores de cruceros confirman reducciones de reservas; un barco canceló escala para el 5 de diciembre.
Entre los cruceros afectados de esta temporada figuran Azamara Quest, MS Insignia, Rotterdam, Seven Seas Splendor, Marella Explorer, Explora I, Zuiderdam y Norwegian Sky.
El economista Taharqa Obika, exjefe de Finanzas de Tobago, alertó que la economía «fuertemente orientada al turismo» se debilita. Destacó el Carnaval 2025 con 34.194 visitantes, pero prevé crisis por bajas en llegadas.
Cassarina Moodie, de la Iniciativa de Resiliencia Climática, ve impacto mixto: algunos turistas estadounidenses podrían sentirse seguros, pero teme repercusiones regionales ante posible escalada militar.
Trinidad y Tobago alberga ejercicios navales estadounidenses y apoya el despliegue en el Caribe bajo la primera ministra Kamla Persad-Bissessar. Trump declaró el 29 de noviembre el espacio aéreo venezolano «cerrado», con aviones militares aterrizando en Tobago.
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