El ministro francés de Asuntos Exteriores y Europeos, Stéphane Sejourne (c), da la bienvenida al comisario europeo Janez Lenarcic (izq) y al jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell (dch), antes de una conferencia de prensa conjunta como parte de una conferencia internacional sobre Sudán en París, Francia, el 15 de abril de 2024. (Francia) EFE/EPA/Sarah Meyssonnier / POOL MAXPPP FUERA

Cuando se cumple el primer aniversario de la guerra civil en Sudán, considerada la mayor crisis de desplazados en este momento, la UE advirtió este lunes en París de la intromisión de Rusia en el conflicto de ese país africano, eclipsado por las crisis en Gaza y Ucrania.

«Hay que ver cómo podemos dejar de lado el protagonismo, las ganas de influir, de ocupar. Rusia está involucrada en eso de alguna manera, como mediador, pero también como agente. Como decimos en español: a río revuelto, ganancia de pescadores», declaró el jefe de la diplomacia europea, el español Josep Borrell.

Borrell participó en la conferencia internacional sobre Sudán que se celebra este lunes en París en la que también estuvieron el comisario europeo de Gestión de Crisis, el esloveno Janez Lenarčič, y los ministros de Exteriores de Francia y de Alemania, Stéphane Séjourné y Annalena Baerbock, respectivamente, que copresiden la reunión.

En unas declaraciones a la prensa antes de la conferencia, Borrell no profundizó más en sus críticas a Moscú, ni en el eventual papel que juega en la guerra civil sudanesa, aunque sí que censuró la actitud de los líderes de las dos facciones beligerantes en Sudán: Abdelfatah al Burhan y Mohamed Hamdan Daglo surnommé, alias Hemetti.

Voluntad política

«La salida de esta crisis saldrá de la voluntad política de sus actores», asumió Borrell.

En la conferencia de este lunes en París no ha habido representantes políticos de ninguna de las dos facciones. Los organizadores europeos han destacado que la meta es, en un primer momento, recaudar fondos y coordinar mejor la ayuda para los sudaneses, pasando de las palabras a los actos.

«Solo la presión internacional podrá frenar la guerra, los dos creen que van a ganarla (…) Luego habrá que pensar en pedir responsabilidades, en sanciones, en quiénes han actuado contra la paz», señaló Borrell, quien criticó «la ambición de poder de dos jefes de guerra».

Con un millón de personas en riesgo de morir de hambre este año, 8,5 millones de desplazados y 27 millones de personas dependientes de una ayuda humanitaria que llega a cuentagotas -15 millones de ellos niños-, el comisario Lenarcic, quien viajó a la zona recientemente, consideró Sudán «una de las mayores catástrofes humanitarias jamás vividas en África».

«Toda la comunidad internacional ha de preocuparse», incidió Lenarcic, quien recordó los 355 millones de fondos europeos destinados este año al país africano.

Para el anfitrión de la conferencia, Séjourné, Sudán ha resultado «eclipsado» por las guerras en Gaza y Ucrania. «Los sudaneses han sido víctimas del olvido y de la indiferencia», lamentó el canciller francés, en línea con su homóloga alemana, Baerbock.

«Es un sufrimiento del que la prensa ya no habla más», reclamó la ministra alemana, quien citó testimonios de mujeres sudanesas que aseguran haber «vivido un infierno».

Una pesadilla

En un vídeo difundido al inicio de la conferencia, el secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, lamentó que los dos planes de ayuda prometidos -de 2.700 millones y 1.400 millones- hayan sido financiados en solo un 6 % y 7 %, respectivamente.

«Lo que sufre Sudán ha sido una pesadilla de sangre que ha matado a 14.000 personas y herido a más de 33.000, una pesadilla de violencia sexual contra mujeres y niñas», alertó Guterres, quien aseveró que «no es posible ponerse más tiempo de perfil» en esta crisis.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el conflicto interno en Sudán entre Ejército, representado por Abdelfatah al Burhan, y una milicia rebelde con la que había colaborado hasta ese momento en una fallida transición política (Hemetti) lleva a 20.000 civiles a abandonar sus hogares cada día.

En términos de personas afectadas, la crisis de Sudán es la más grave del mundo, con 8,5 millones de desplazamientos forzosos en solo un año, 1,8 millones de los cuales han sido a países vecinos, en particular Chad y Sudán del Sur.

Según un informe de la OIM, el 53 % de los desplazados son menores de 18 años, lo que subraya la vulnerabilidad de este grupo.

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