Jartum.- El último brote de violencia tribal en Sudánl, que estalló el pasado jueves entre las etnias hausa y berta en el sureste del país, dejó hasta el momento 105 muertos, informaron este martes las autoridades locales, mientras continúan las protestas de los hausa en otros puntos del país, que el lunes dejaron otros tres fallecidos.

El director de Control de Emergencias y Epidemiología del Ministerio de Salud en el estado de Nilo Azul, Omar Adam Omar, dijo en un comunicado que el balance de víctimas hasta la mañana de este martes en esta región del país, fronteriza con Etiopía era de 105 fallecidos y 225 heridos.

La cifra solo incluye los casos que llegaron a los hospitales de la región, sin especificar si podría haber más muertos no registrados, y que entre los lesionados había 20 en estado crítico que han sido trasladados a Jartum para recibir tratamiento, según el funcionario.

La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) para Sudán indicó en otro comunicado que el conflicto tribal provocó además más de 17.000 personas desde las localidades afectadas y advirtió de que la cifra «es probable que aumente».

El estallido de violencia tribal, que se había originado tras la muerte de un agricultor en circunstancias todavía no aclaradas, es resultado de disputas entre los hausa y los berta por cuestiones relacionadas con las disputas por el liderazgo de la administración en la región de Nilo Azul.

Entretanto, continuaron en otros puntos del país las manifestaciones de protesta que desde el lunes protagonizan miembros de la tribu hausa, que tiene presencia en buena parte del país y que ha registrado el mayor número de víctimas en los enfrentamientos de Nilo Azul.

Unas 3.000 personas participaron hoy en Jartum en una manifestación que partió desde los barrios sureños de la capital hacia el Palacio Presidencial, en el centro de la ciudad, en protesta contra estos hechos de violencia tribal y se produjeron enfrentamientos con la policía en la avenida que lleva al aeropuerto.

Los agentes utilizaron con gases lacrimógenos y bombas de sonido contra los manifestantes, que reclamaban por la lenta respuesta de las fuerzas de seguridad y denunciaban que personas influyentes en el estado habían causado la violencia en la región del Nilo Azul con fines políticos, según testigos presenciales.

El lunes ya tuvieron lugar manifestaciones similares en varias ciudades del país, particularmente en Kasala (este), donde tres personas murieron y 15 resultaron heridas por impactos de bala y donde los hausa prendieron fuego a varios mercados, tiendas, edificios gubernamentales.

Los choques violentos entre la miríada de tribus que habita Sudán son habituales, aunque estos estallidos han aumentado en los últimos meses en medio de la grave crisis económica y política, provocada esta última por un golpe de Estado militar en octubre pasado que interrumpió un proceso de transición democrática iniciado en 2019.

 

EFE

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