Manacor, Mallorca. Rafa Nadal vuelve este miércoles a casa convertido en una leyenda universal tras sumar su título número 21 de Grand Slam en el Abierto de Australia, aunque para sus paisanos ya lo era desde hace años.

Porque «Rafel», como le llaman en Manacor (Mallorca), es un vecino más por mucho que estos días acapare toda la toda atención mediática y aumenten las iniciativas para rendir el homenaje que se merece el campeón manacorí, entre ellas, acuñar una moneda de un euro con su cara y que el aeropuerto de Palma lleve su nombre.

Desde diversos sectores de la sociedad balear se han iniciado campañas para que la principal puerta de entrada a Mallorca se denomine «Aeropuerto Internacional Rafael Nadal», entre ellas una lanzada en el portal Change.org y que ya suma 1.491 firmas.

También la petición para que una moneda de un euro lleve su rostro ha conseguido 10.302 firmas por ahora.

En las redes sociales, asimismo, han surgido ‘tuits’ abogando por cambiar el nombre a Manacor al de «Nadalcor».

Los superlativos se agotan para definir al genial tenista zurdo que ha conquistado la admiración de todo el mundo: icono, genio, mítico, el más grande tenista de la historia, el mejor deportista que ha nacido en España.

«No habrá nadie como Nadal; ha puesto a Manacor en el mapa», valora Thomas Kunka, médico deportivo alemán (de Dusseldorf) que vive en la isla desde hace 35 años y que ha decidido visitar este miércoles la academia junto a su mujer.

«A Rafa, y a su entrenador Carlos Moyá les conozco desde hace 20 años, es el más grande», opina.

Lara, residente en Burgos y que se aloja unos días en la residencia de la academia junto a su pareja, afirma que lo que ha hecho Nadal en Melbourne es «bestial: Es el premio a todos sus años de esfuerzo y dedicación».

Otras opiniones también coinciden en destacar la gesta de Rafa: «Su influencia aquí es máxima. No solo asocia el nombre de Manacor con el éxito, sino que su academia emplea a cientos de personas. Nadal es un apellido muy vinculado al deporte (Miguel Ángel Nadal, tío de Rafa jugó en el Mallorca y en el FC Barcelona), y eso aquí lo sabemos muy bien», señala un manacorí que prefiere no dar su nombre.

A Rafa le adoran sus paisanos de Manacor, el tercer municipio de la isla por población (unos 50.000 habitantes), situado a unos 60 kilómetros de Palma, y no solo por sus triunfos en el circuito internacional del tenis.

En noviembre del pasado año, en pleno proceso de recuperación de su lesión en el pie izquierdo, fue nombrado hijo predilecto de Sant Llorenç des Cardessar, municipio vecino devastado por una riada que mató a trece personas en octubre de 2018.

Nadal no solo donó un millón de euros al pueblo, sino que también se involucró personalmente en las tareas de auxilio a los damnificados.

El nombramiento de hijo ilustre fue ratificado por unanimidad en un pleno del ayuntamiento que reconoció públicamente su faceta solidaria.

En la academia, dirigida por su tío y exentrenador Toni Nadal, todo gira en torno al primer tenista del mundo que ha sumado 21 «grandes», superando al suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic.

En este gigantesco complejo deportivo se respira tenis por donde uno vaya, con alumnos peloteando en alguna de las pistas, recibiendo clases en la Rafa International School o sentados en la cafetería ante pantallas gigantes de televisión.

El museo de Nadal, con todos sus trofeos y recuerdos de otros deportistas famosos, es uno de los más visitados.

Esta semana, precisamente, los responsables de la instalación procedieron a hacerle un hueco a su último «grande», el Abierto de Australia, segundo de su palmarés en ese torneo y que se exhibirá junto a los 13 Roland Garros, 4 US Open, 2 Wimbledon.

 

EFE noticias

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