Una planta del Gobierno de Ciudad de México será la primera en el mundo que combina las tecnologías de gasificación y carbonización hidrotermal para convertir basura orgánica en hidrocarbón para reducir las emisiones de gases invernadero.
La Planta de Carbonización Hidrotermal en el Bordo Poniente, que tiene el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), está en pruebas operativas para procesar 72 toneladas diarias de residuos orgánicos, de un total de entre 5.000 y 6.000 que se generan en la capital.
“Este proyecto, para nosotros, es una oportunidad de traer no solo al sector privado, sino al Gobierno y a la academia, que son clave para que un proyecto sea exitoso de una manera holística”, dijo a medios Mileydi Guilarte, administradora adjunta de la oficina de América latina y el Caribe de la Usaid.
Este proyecto, según explicó Daniel Camarena, director de la empresa G2E, costó 300 millones de pesos (casi 18 millones de dólares / unos 16 millones de euros) y se desarrolló de manera conjunta con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Con él, buscan impulsar las energías renovables y la transición energética del país.
Esta planta cuenta con una infraestructura que transforma la basura orgánica en electricidad y pélets (pequeñas porciones de material aglomerado o comprimido) de carbón vegetal de cero emisiones de gases de efecto invernadero, además de fertilizante orgánico.
Su principal objetivo es aprovechar los residuos orgánicos secos con un proceso de gasificación para generadores eléctricos, así como residuos húmedos que se convierten a carbón.
Camarena explicó que esta es solo la primera fase de un proyecto que busca un total de 36 módulos en la ciudad que podrían procesar 2.400 toneladas de basura al año y generar un impacto social.
“Estimamos que entre 200 y 300 personas podrían tener un empleo con este tipo de proyectos”, afirmó.
Al tratar tantas toneladas de basura, se evitarían al año hasta 885.600 toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e), gases que propician la crisis climática.
Esto equivale a retirar de circulación 197.000 vehículos de gasolina por año, o la electricidad de 172.000 casas.
Camarena detalló que, además de desechos orgánicos que pueden conseguirse de los hogares, estas plantas también servirán con sargazo, lo que podría ser una solución a este problema de plagas de algas en el Caribe mexicano.
Jene Thomas, jefe de misión de la Usaid, destacó que esta es una tecnología innovadora a nivel mundial, lo que incidió en que la agencia estadounidense se animara a apoyar el proyecto con contactos para encontrar inversores que puedan interesarse en la planta.
“Nuestro plan es ser facilitador de contactos. Vamos a estar corriendo la voz para posibilidades de colaboración”, apuntó.
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