Recientes datos publicados por Bloomberg arrojaron que el valor del cacao registró una caída histórica del 27% en poco menos de dos días, esto ante la falta de inversores y compañías dispuestas a preservar sus puestos comerciales.
Tal caída representa un notable cambio respecto a los pronósticos de marzo, donde el cacao aumentó su valor a 11.000 dólares la tonelada a raíz de su escasez, incrementando así el costo de producción de chocolate.
El alza del precio del cacao generó que diversos agentes comerciales perdieran ganancias, además de que los fondos de cobertura desistieron.
A su vez, la página de análisis ‘Trading View’ mostró que el cacao casi alcanzó los 7.741 dólares por tonelada.
Persiste el pronóstico alcista
Pese a los actuales registros de la caída en el precio del grano, los analistas aún mantienen un pronóstico alcista.
El gerente de fondos de cobertura reconocido por sus percepciones petroleras, Pierre Andurand, prevé que su valor alcanzará los 20.000 dólares este año.
Por otro lado, el director de Ghana Cocoa Marketing Company UK Ltd, Fuad Mohammed Abubakar, agregó que la actual caída fue inesperada y asegura que la disminución podría ser temporal, ya que los principales pronósticos no cambiarían.
«El comportamiento del mercado en los tres últimos días demuestra que la caída siempre es más fácil y rápida que la subida», destacó.
Principales fabricantes
El mercado se encuentra pendiente del desarrollo de las cosechas en Costa de Marfil y Ghana, cuyos resultados serán comunicados en los próximos dos meses, hecho que podrían aprovechar los inversionistas para recuperarse durante la siguiente campaña.
Tanto Costa de Marfil como Ghana producen el 60% del cacao a nivel global y, a pesar de la reciente disminución, no existen nuevas condiciones importantes que influyan en los precios y la oferta continúa siendo bastante escasa.
Por los momentos, las cosechas han presentado un periodo problemático ante la presencia de un hongo que infecta a los cultivos, sumado al cambio climático, ocasionando que exista un déficit en la oferta internacional.
Asimismo, el salario de los agricultores es mucho menor al registrado en el mercado mundial, lo que imposibilita la inversión en las plantaciones y el incremento en la producción.
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