Budapest.- Hungría ya no puede considerarse una democracia plena, según una resolución del Parlamento Europeo, que, más allá de la reprimenda simbólica al Gobierno del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, socava también sus esfuerzos para convencer a la Comisión Europea de que desembolse unos fondos muy necesarios para Budapest.

En una resolución respaldada por el 81 % de los eurodiputados presentes, la Eurocámara declaró que Hungría se había convertido en un «régimen híbrido de autocracia electoral», debido a ataques a los derechos fundamentales y el estado de derecho.

La resolución también critica la inacción de las instituciones comunitarias frente a la regresión democrática bajo el ultranacionalista Orbán.

Si bien la votación no tiene ningún efecto práctico, aumenta la presión sobre la Comisión para que no desembolse miles de millones de fondos de la UE para Hungría, retenidos por preocupaciones sobre la corrupción.

El Gobierno de Orbán en las últimas semanas ha rebajado el tono ante la Comisión y prometió, entre otras cosas, la creación de una autoridad que controlaría el uso de los fondos comunitarios para evitar los casos de corrupción, un asunto pendiente desde hace años.

«En los próximos meses el Gobierno húngaro mostrará un rostro menos conflictivo ya que es un interés básico que Hungría tenga acceso a los fondos comunitarios que podrían quedar suspendidos por la deriva democrática del país», explica en declaraciones a Efe Patrick Szicherle, analista del prestigioso instituto de análisis Political Capital.

Los eurodiputados en su resolución de ayer pidieron que no se desembolsasen los fondos comunitarios para el país centroeuropeo.

«Hungría no debe recibir fondos de recuperación si no cumple las recomendaciones de la UE y las sentencias judiciales», afirman.

La prensa local, como el diario digital Hvg cita a fuentes diplomáticas que aseguran que Hungría no solo podría perder los fondos de recuperación post pandemia, unos 6.000 millones de euros, sino también parte de los fondos de cohesión que le corresponden del presupuesto multianual de la UE.

UNA RESOLUCIÓN NO VINCULANTE

La resolución del PE caracteriza a Hungría como una «autocracia electoral», donde sigue habiendo un «riesgo claro» de que se violen los valores básicos del Tratado de la Unión Europea, como la libertad o la igualdad.

Los eurodiputados enumeran las áreas problemáticas, desde el funcionamiento del sistema constitucional y electoral, la independencia del poder judicial y la corrupción hasta el pluralismo de los medios de comunicación o las libertades de cátedra, religión y asociación, así como los derechos de las minorías sexuales y étnicas.

A pesar de la dureza de la resolución, Szicherle no cree que esta influya decisivamente a la CE, ya que no es vinculante.

«La CE podría anunciar unas severas sanciones, dando bastante tiempo para que Hungría responda y cumpla con los requisitos y así al inicio de 2023 podrán comenzar a desembolsar los fondos», pronostica.

Sea como sea el Gobierno por su parte intenta minimizar la importancia de la resolución.

«Ya no nos reímos de eso, porque es un chiste que ya aburre», dijo hoy Orbán en Belgrado, y agregó que «no se trata de la formación de una opinión objetiva sino de un ataque partidista» de la izquierda.

Según Szicherle, es evidente que no se trata de una «venganza de la izquierda húngara e internacional», tal como asegura el Gobierno, ya que -por ejemplo- casi todo el Partido Popular Europeo aprobó la resolución.

Hungría es uno de los mayores beneficiarios de la política europea de Cohesión, con más de 22.500 millones de euros asignados hasta 2027.

Desde que llegó al poder en 2010 Orbán tuvo múltiples conflictos con Bruselas por sus políticas contrarias a los valores comunitarios.

Marcelo Nagy EFE

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