Djokovic, que necesitaba una victoria rápida, en menos de dos horas y media para evitar que le frenara el toque de queda, se vengó en cierta manera de su bestia negra en los Grand Slams, un Wawrinka que le había derrotado en cuatro de los últimos cinco duelos en este tipo de torneos y cuyos mejores partidos fueron contra el serbio en las finales de Roland Garros 2015 y US Open 2016.
El suizo, que se daba «cero oportunidades» antes del partido, no pudo completar el cuarteto de triunfos ante Djokovic, al que había derrotado en el resto de Grand Slams, pero nunca en Wimbledon, el lunar de su carrera, puesto que nunca llegó a semifinales aquí y es el único ‘major’ que le falta para igualar a los otros grandes que han ganado en Melbourne, París, Londres y Nueva York.
En un partido prácticamente perfecto al servicio, con un 91 % de puntos ganados con primer servicio, Djokovic, que sumó su noveno ‘tie break’ seguido ganado -no pierde uno desde Banja Luka-, ajustició por vigésimo primera vez en su carrera a Wawrinka y se pone a cuatro partidos de su octavo título en el All England Club.
Djokovic se mete por décimo quinta vez en la segunda semana de Wimbledon y se medirá ahí al polaco Hubert Hurkacz, que eliminó en tres sets al italiano Lorenzo Musetti. Será el sexto enfrentamiento entre los dos, con todo victorias para el serbio, que además ya le derrotó aquí en la segunda ronda de 2019. En los cinco enfrentamientos previos, Hurkacz solo ha rascado dos sets.
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