En situación de riesgo varias viviendas por crecida de cárcava en Puerto Libre. Foto: Níger Martínez

En Puerto Libre, parroquia Cachamay, Puerto Ordaz, una cárcava se ha convertido en un foco de insalubridad alarmante. El socavamiento está repleto de desechos domésticos, desde plásticos y trapos hasta objetos rotos y en desuso. Donde la basura no se acumula, la maleza, los árboles y la densa vegetación ocultan la magnitud del problema.

En el centro de este panorama desolador, un flujo constante de aguas negras agrava la situación.  Hasta una casa, ya caída, se puedo ver como completo de la escena, un recordatorio constante de que, si no hay atención, será el futuro para todas las demás cercanas construcciones a la socavación.

Además, la proliferación de mosquitos, favorecida por estas aguas estancadas, transforma el lugar en un riesgo sanitario inminente para los habitantes de Puerto Libre. Se desconoce con exactitud cuándo comenzó, varios vecinos estiman que llevan entre 30 y 35 años clamando por soluciones, y siendo ignorados. 16 familias, según conteo de vecinos, son las afectadas ante este hecho.

Los vecinos de la zona argumentan que en otras oportunidades se han hecho denuncias, como la parada de autobús, ya pérdida, explicó Arianna Francis; más aún,, en reiteradas ocasiones recalcan que las visitas ya se las hicieron, “personas han venido a tomar fotos, a ver el terreno, pero no hacen nada más”, narraron otros vecinos ante las preguntas sobre qué había hecho la comunidad para comunicar este problema ante las autoridades.

Algunas residencias ya se derrumbaron y sus dueños tuvieron que evacuar la propiedad

Vecina afectada

Lisbeth Rodríguez, residente de la zona, argumenta que no está pidiendo ser reubicada, pide para que se hagan gestiones y se empiece a embaular el mencionado cráter. También, resalta la importancia de pensar en los niños que viven ahí “son más de 11 niños” resaltó Rodríguez.

Para preservar a los niños del peligro, cerca del precipicio de la cárcava se puede evidenciar una “barricada”, hecha con láminas de metal y unida por alambre de manera artesanal, para evitar que los infantes jueguen por ahí.

Rodríguez resaltó lo alarmante que es la temporada de lluvias para ellos. No solo por el riesgo de la cárcava y la subida de agua, sino que se une a las problemáticas de la comunidad también el alumbrado. “Las guayas la sostiene esa mata de mango, cuando llueve no quiero estar en mi casa por temor a que se caiga, y con ella los cables, y pueda ocurrir alguna tragedia”.

La cárcava de Puerto Libre no es la única desatendida. Oficialmente, existen más de 65 cárcavas en Ciudad Guayana, y con la aparición de nuevas socavaciones de gran magnitud, se estima que esa cifra supere las 80.

Arrianna Francis, una de las vecinas perjudicadas

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