Quito.- La sesión inaugural de la sexagésima reunión del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se convirtió este martes en una reivindicación a la necesidad de asistencia para paliar el peso humanitario y económico de la migración venezolana en los países receptores.

Así lo destacaron los ponentes de una sesión en la que participaron el presidente de Ecuador, Lenín Moreno; la vicepresidenta de Colombia, Martha Lucía Ramírez; el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, y el nuevo presidente de su junta de Gobernadores, Richard Martínez, ministro ecuatoriano de Finanzas.

«Acabo de recibir un informe de que en Ecuador viven ya más de 500.000 venezolanos. Eso tiene para nosotros un costo cercano a los 500 millones de dólares al año», dijo el presidente Moreno en su discurso.

Un situación, agregó, «ya está superando la capacidad de acogida» en su país.

Reivindicación parecida a la que hizo la vicepresidenta de Colombia, Martha Lucía Ramírez, quien destacó los desafíos que representa la migración venezolana y abogó por proyectos para crear empleo, proveer educación, salud e inclusión.

«Es necesario que hagamos más y mejor, que entre todos recibamos esta migración venezolana para permitirles que se reincorporen realmente a nuestras sociedades y que sus hijos y mujeres, que llegan buscando un sistema de salud, encuentren en nuestros países esa solidaridad», afirmó Ramírez en un discurso en el que aseguró que esta migración ha costado a Colombia «medio punto del PIB».

La sexagésima Asamblea Anual de Gobernadores del BID se celebra en Guayaquil, capital económica de Ecuador, después de que en marzo la institución anunciara su cancelación en China por la negativa de este país a conceder un visado al delegado del líder venezolano Juan Guaidó.

Menos de un mes después, se anunció su celebración en Ecuador, un país que ha vuelto al entorno de los organismos financieros internacionales después de casi una década de ausencia por discrepancias ideológicas del anterior presidente Rafael Correa.

Moreno reconoció que se trata de una reunión que se celebra «después de casi cincuenta años», y agradeció al BID su apoyo para programas de desarrollo, en especial durante estos dos últimos años.

«Ecuador tiene hoy una nueva imagen ante la comunidad financiera internacional y ante el mundo. Una confianza labrada en apenas dos años», destacó el mandatario ecuatoriano, que recientemente ha obtenido una línea de crédito de más de 10.200 millones de dólares de varias organizaciones, entre ellas el BID.

Horas antes de la inauguración, el presidente de esta institución, Luis Alberto Moreno, anunció que el grupo financiero prevé aprobar este año un total de 1.900 millones de dólares en nuevas operaciones en el sector público y privado de Ecuador, una «cifra récord para el país, en apoyo a un ambicioso plan para recuperar el equilibrio fiscal y fomentar la inversión».

Ya en su discurso oficial de inauguración, el alto funcionario del BID insistió en que la región «tiene urgencias, pero ninguna mayor que poder revertir el deterioro de Venezuela».

«Ese país ha retrocedido de manera abismal, como lo muestra una producción petrolera similar a la que tenía Venezuela a mediados del siglo pasado», recordó.

Y explicó que los venezolanos, que «en el año 50 contaban con la mayor renta per cápita de América Latina, hoy sufren un índice de pobreza por ingreso del 94 %, y el colapso de la economía, cuyo tamaño hoy es la mitad que hace cinco años».

Aseguró que el BID ha venido preparándose ya hace mucho tiempo para «darle la mano a esta nación hermana» y que «sin minimizar la complejidad ni el alcance de esta responsabilidad, deseamos desplegar en forma oportuna toda nuestra capacidad, ya sea con recursos financieros, apoyo técnico, innovación, coordinación y ejecución».

Su objetivo, apuntó, es que los venezolanos sean «los gestores de su futuro», una misión en la que mostró el «compromiso» del grupo BID para «acompañarlos».

Pero Venezuela no será ni mucho menos el único tema a debate en esta Asamblea, a la que acuden delegados de 48 países para analizar los retos y oportunidades de desarrollo de América Latina y el Caribe, así como la actual coyuntura económica.

Una coyuntura que se ve debilitada por la falta de un crecimiento acorde al potencial de la región, que ya se encuentra entre las zonas con índice de crecimiento anual más lentos del mundo.

Este miércoles, el economista en jefe del BID, Eric Parrado, dará a conocer sus previsiones en una rueda de prensa en el marco de la Asamblea, alrededor de la cual se han convocado todo tipo de seminarios y encuentros para alentar las inversiones y la actividad privada.

Por la mañana, fue el sector privado el que debatió en un seminario las oportunidades generadas por la transformación digital, agronegocios e infraestructura, aunque hay otras convocatorias que incluyen una amplia temática, entre ellas, ciudades seguras y sostenibles, emprendimiento e innovación, financiación de gobiernos locales o empoderamiento de la mujer.

EFE

 

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