Bangkok.- Las autoridades camboyanas reforzaron la seguridad a lo largo de la frontera, como muestran fotografías tomadas este sábado por grupos garantes de los derechos humanos, ante el posible regreso de líder opositor en el exilio.

Sam Rainsy, cofundador del ilegalizado Partido Nacional para el Rescate de Camboya (CNRP, siglas en inglés), aterrizó este sábado en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur donde las autoridades de inmigración lo interrogaron antes de dejarlo entrar en el país.

Según la versión camboyana de la emisora Radio Free Asia, el Parlamento de Malasia ha invitado a Rainsy al hemiciclo para dar un discurso el próximo martes.

Filas de militares, alambradas de espino y controles de seguridad son parte del dispositivo desplegado por el Ejército y Policía camboyana en los pasos fronterizos con Tailandia, como apuntan en una serie de imágenes publicadas en las redes sociales el Centro para los Derechos Humanos en Camboya (CCHR, en inglés).

El líder opositor Sam Rainsy, a quien le impidieron embarcar en París el jueves en un vuelo rumbo a Bangkok, señaló anoche en su perfil de Facebook que ha logrado subir en París a un avión para regresar a Camboya, aunque esta vez sin precisar su posible destino de tránsito.

A primera hora de la tarde, Rainsy aterrizó en Kuala Lumpur, cuyo gobierno impidió el jueves a Mu Sochua, exvicepresidenta del CNRP y quien cuenta con pasaporte estadounidense, que viajara a Camboya, además de detener temporalmente a otros dos activistas.

El Gobierno camboyano del primer ministro Hun Sen, que gobierna desde 1985, ha calificado este plan como un intento de golpe de Estado y se ha comprometido a impedirlo por todos los medios con la colaboración de países de la región como Tailandia y Malasia.

El viceprimer ministro de Camboya, Sar Kheng, indicó en un mensaje de Facebook que los planes de Rainsy y los opositores «han fracasado» en su plan y negó que el opositor no pueda regresar al país.

«El Gobierno camboyano no prohíbe que Rainsy vuelva a Camboya, pero es culpable (de varios delitos) y debe afrontarlos a su regreso», apuntó Kheng.

Nom Pen, además, canceló el viernes los pasaportes de una docena de opositores que se encuentran fuera del país y que habían anunciado con anterioridad sus planes de regresar.

Las autoridades han colocado en las fronteras carteles con fotografías de los principales opositores para evitar su entrada al país este sábado, el Día de la Independencia camboyana y para el que Sam Rainsy había anunciado su regreso.

Hun Sen, el primer ministro que lleva ocupando más tiempo el cargo del mundo, ha ordenado el arresto de opositores ante la acusación de «traición» y ya a finales de 2017 maniobró junto al poder judicial para ilegalizar el CNRP y arrestar a sus líderes.

En un comunicado, la oenegé Human Rights Watch (HRW) conminó a las autoridades camboyanas a permitir el regreso del líder opositor con el objetivo de «restaurar una democracia multipartidista» en Camboya y pidió a las naciones de la región que les permitan viajar.

«Rainsy y el resto de opositores tiene el derecho de regresar a su país y participar en actividades políticas pacíficas (…) Es ridículo que el Gobierno de Camboya amenace militarmente a un partido político que siempre ha actuado bajo la no violencia», apuntó Brad Adams, director de HRW en Asia.

 

EFE

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