El canciller de Venezuela, Yván Gil, exigió este jueves a su homólogo de Colombia, Luis Gilberto Murillo, que detenga la «charlatanería confeccionada desde el norte», luego de que el funcionario colombiano asegurara que su país promueve la «transparencia y legitimidad democrática», en relación a la controvertida reelección del presidente Nicolás Maduro.
«No toleramos una palabra más sobre la patria de (Simón) Bolívar, las consecuencias las lamentará profundamente, ya se lo hemos advertido. Detenga ya la charlatanería confeccionada desde el norte», indicó Gil en un mensaje publicado en Telegram.
Asimismo, sostuvo que Murillo ha convertido la diplomacia colombiana en «una diplomacia de micrófono».
«Basta de hablar de Venezuela, que desde acá podemos dar lecciones al mundo de democracia verdadera», añadió.
Este jueves, Murillo aseguró que su país promueve «la transparencia y la legitimidad democrática», en respuesta a Gil, que lo acusó de atacarlo por la espalda por sus declaraciones sobre los resultados de las elecciones de julio pasado.
«Nosotros continuaremos promoviendo la transparencia y la legitimidad democrática, siempre con un enfoque de no injerencia en los asuntos internos de otros países», expresó el canciller colombiano en la red social X.
En respuesta a las acusaciones de Gil, agregó: «La diplomacia requiere equilibrio y respeto mutuo. La postura del presidente Gustavo Petro sigue siendo la misma desde el principio y no ha cambiado, y es guiada por principios, no por amenazas ni presiones externas».
Gobierno de Petro
Murillo manifestó el miércoles que el Gobierno de Petro no reconocerá un nuevo período presidencial de Maduro a menos que el líder chavista presente pruebas de su controvertida reelección.
Al respecto, el canciller venezolano manifestó en Telegram que Murillo, «ante los micrófonos de la prensa, aflora el chantaje que recibe desde la ultraderecha y de los Estados Unidos de Norteamérica, atacando por la espalda, con falsas narrativas que no es capaz de discutir frente a frente».
Los Gobiernos de Colombia y Brasil han intentado mediar en la crisis que vive Venezuela desde que el Consejo Nacional Electoral -controlado por rectores cercanos al Gobierno- anunciara la victoria de Maduro, posteriormente convalidada por el Tribunal Supremo, también dirigido por magistrados afines al chavismo.
Ninguno de esos países ha reconocido aún la reelección de Maduro, pero tampoco se han decantado por el triunfo del opositor Edmundo González Urrutia, y apuestan por pedir que se publiquen los resultados desagregados y por abrir caminos de diálogo entre las partes.
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