Diles: “Tan cierto como que Yo vivo —afirma el Señor omnipotente—, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir?”
Ezequiel 33:11 NVI
https://bible.com/es/bible/128/ezk.33.11.NVI
Nuestro buen Dios no quiere que nadie se pierda, Él quiere que todos se arrepientan, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan.
Al contrario, es paciente por amor a los que aún no se arrepienten. No quiere que nadie sea destruido.
Del pasaje de hoy podemos ver que Dios no se alegra con la muerte del malvado, al contrario, se regocija cuando se convierte de su conducta perversa y vive.
Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo por medio de Él.
No hay condenación para todo el que reconoce su pecado, se arrepiente, y cree en Jesucristo, como Salvador, aceptándolo como Señor de su vida.
Pero todo el que no cree en Él, ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios.
Aún queda tiempo de seguir alegrando al Todopoderoso, hay todavía oportunidad de arrepentirse y aceptar a Cristo como Salvador, y reconocerlo como Señor. ¡A todos los que reciben a Cristo, a los que creen en su nombre, el Padre les da la potestad de ser hechos hijos de Dios!
Pr. José N. Corrales
[email protected]
@pastorcorrales
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