Filipenses 2:5-8 RVA2015
[5] Haya en ustedes esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús: [6] Existiendo en forma de Dios, él no consideró el ser igual a Dios como algo a que aferrarse; [7] sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres; [8] y, hallándose en condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!
https://bible.com/bible/1782/php.2.5-8.RVA2015
Hoy día se han levantado muchos supuestos hombres de Dios, cuyos testimonios se distancian completamente de nuestro Redentor.
Son hombres amantes de sí mismos y del dinero. Son vanagloriosos, soberbios, blasfemos, ingratos, impíos, sin afecto natural, e implacables.
Además, son calumniadores, crueles, a lo bueno llaman malo, y lo malo lo muestran como avance, son traidores, impetuosos, envanecidos y amantes de los placeres más que de Dios.
Esas personas aparentan ser piadosos, pero niegan la eficacia de la piedad. La Escritura nos ordena alejarnos de ellos.
Como hijos amados de Dios, nosotros debemos ser como Jesucristo, quien no se aferró al hecho de ser igual a Dios, al contrario, se despojó a sí mismo.
Tomó forma de siervo, se hizo semejante a los hombres, y en esa condición entregó su vida en la cruz para darnos salvación y vida eterna. Seamos como Cristo. Seamos bondadosos y misericordiosos los unos con los otros, mostremos a Cristo en nuestro ser.
Pr. José N. Corrales
[email protected]
@pastorcorrales
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