Lucas 14:25 – 26 RVA2015
[25] Grandes multitudes iban con Él, y Él se volvió y les dijo: [26] “Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas y aun su propia vida, no puede ser mi discípulo.
https://bible.com/bible/1782/luk.14.25.RVA2015
Indudablemente, Cristo en el desarrollo de su ministerio impactó con su mensaje a grandes multitudes, pero tristemente no todos los que lo seguían lo reconocían como su Señor.
La multitud que seguía a Jesús estaba conformada por un grupo heterogéneo: seguro había muchos curiosos, algunos confundidos, bastantes religiosos, los que aún no se decidían a tenerlo como Señor, falsos discípulos, los verdaderos discípulos, entre otros.
Jesucristo se dirige a Jerusalén, y sabe que es su último viaje a la ciudad santa, ya pronto enfrentará la terrible cruz romana para entregar su vida en lugar nuestro.
El Redentor le habla a la multitud con claridad y de forma muy dura, a fin de estremecerlos. Él les dice que los que desean seguirlo deben aborrecer a sus seres queridos, y aun a su propia vida, si no lo hacen no pueden ser sus discípulos.
Aborrecer, palabra muy dura e impactante, ¿está el Cristo contradiciendo todas las enseñanzas sobre amor al cónyuge y al prójimo, y honrar a los padres?
¡Definitivamente no! Jesús está usando esa palabra aborrecer como hipérbole, para indicar que si nuestro padre, madre, cónyuge, e hijos son más importantes que Él, no podemos ser sus discípulos.
El amor que debemos expresar al Redentor debe ser tan grande que comparado con el que expresamos a los demás, ese sentimiento debe parecer odio. Si deseamos seguir a Cristo, Él debe ser lo más significativo en nuestra vida, si no es así no podemos ser sus discípulos.
Pr. José N. Corrales
[email protected]
@pastorcorrales
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