Kabul.- Un ataque perpetrado por los talibanes a la ciudad de Kunduz, en el norte de Afganistán, ha dejado al menos 56 insurgentes muertos y un número desconocido de soldados abatidos tras más de 14 horas de enfrentamientos que todavía continúan, informaron hoy fuentes oficiales.

«Cientos de talibanes estuvieron involucrados en el ataque» que comenzó poco después de la medianoche cuando se infiltraron en distintas zonas de la ciudad, dijo en una rueda de prensa en Kabul el portavoz del Ministerio de Defensa, Rohullah Ahmadzai.

Los enfrentamientos continúan en las afueras y en algunos barrios de Kunduz, donde los talibanes han tomado las viviendas de los civiles como guaridas.

«Las fuerzas de seguridad se mueven lenta pero cuidadosamente en contraataque para no dañar a los civiles», dijo Ahmadzai.

El portavoz del Ministerio afgano de Interior, Nasrat Rahimi, aseguró que hasta el momento 56 combatientes talibanes han muerto en el contraataque.

Uno de los hospitales de la ciudad que había sido tomado por los talibanes fue recuperado por las fuerzas progubernamentales sin causar daños a los civiles.

«Los insurgentes fueron capturados y varios talibanes abatidos en las instalaciones del hospital. Los pacientes y los trabajadores del centro no sufrieron daños», afirmó el portavoz.

La Dirección Nacional de Seguridad (NDS) aseguró que el comandante talibán para Kunduz, el Mulah Wali, murió tiroteado por la unidad de francotiradores de las fuerzas especiales durante los enfrentamientos.

Unidad Roja de los talibanes

Con anterioridad la NDS había informado también de que entre los insurgentes muertos se encontraban al menos 26 miembros de la Unidad Roja de los talibanes, una especie de fuerzas especiales del grupo insurgente equipada con armas modernas.

El Ministerio de Defensa admitió que las fuerzas de seguridad afganas también sufrieron bajas en los enfrentamientos, pero no precisó detalles sobre el número de muertos.

El ministro de Defensa afgano, Asadullah Khalid; el ministro del Interior, Masoud Andarabi, y el comandante de la coalición internacional en Afganistán, el teniente general Austin Scott Miller, llegaron a la provincia de Kunduz tras el ataque a la capital, informó el Ministerio de Interior en un comunicado.

El portavoz talibán Zabihullah Mujahid había confirmado en un comunicado la participación de los talibanes en el ataque, asegurando además que varios soldados fueron abatidos y una gran cantidad de armas incautadas.

Los ataques coinciden con el desarrollo de la novena ronda de negociaciones entre la delegación de EE.UU. y los talibanes en Doha, en la que intentarán concretar un acuerdo en el que la retirada de la fuerzas internacionales es parte clave del pacto.

El portavoz del palacio presidencial, Sediq Sediqqi, se refirió al ataque como una muestra de que los talibanes «desafortunadamente no están interesados en la paz y su ataque es completamente contradictorio con lo que dicen en la negociación de Doha», dijo en un comunicado.

Los ataques a Kunduz «muestran la clara hostilidad del grupo hacia los civiles», añadió.

La mayoría de los servicios públicos de la ciudad, incluidos los de electricidad y telecomunicaciones, se han suspendido y los residentes en las afueras de la ciudad están tratando de trasladarse a lugares seguros.

EFE

 

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