Un equipo de investigadores japoneses alcanzó un descubrimiento sin precedentes: la primera transferencia de comportamiento entre dos especies distintas de moscas de la fruta mediante la manipulación de un solo gen. 

El hallazgo, publicado en la revista Science, abre nuevas perspectivas sobre cómo la genética puede moldear la conducta animal, explica DW en Español.

El experimento con dos especies

Los científicos trabajaron con Drosophila subobscura y Drosophila melanogaster, separadas evolutivamente hace 30 a 35 millones de años, pero con un gen común que controla el cortejo. 

Mientras una especie canta agitando sus alas, la otra ofrece regalos alimenticios a las hembras.

Al activar el gen en las neuronas productoras de insulina de las moscas cantoras, estas desarrollaron conexiones neuronales inéditas que las llevaron a imitar el comportamiento de ofrecer comida, propio de la otra especie.

Rastreo del origen genético

El equipo descubrió que, en D. subobscura, las neuronas de insulina están conectadas al centro de cortejo en el cerebro, mientras que en D. melanogaster permanecen desconectadas.

“Gracias a la nueva conexión, las moscas que solo cortejaban con cantos desarrollaron el comportamiento de dar regalos”, explicó Ryoya Tanaka, investigador de la Universidad de Nagoya.

Implicaciones evolutivas

Para Daisuke Yamamoto, del Instituto Nacional de Tecnología de la Información y las Comunicaciones de Japón, este avance demuestra que los comportamientos complejos pueden surgir no necesariamente con nuevas neuronas, sino mediante la reorganización genética de las existentes.

Finalmente, los autores resaltan que este es el primer caso documentado de manipulación genética que transfiere un comportamiento entre especies, un hallazgo que podría revolucionar la comprensión de la evolución y la neurociencia.

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