Un grupo internacional de especialistas ha identificado en Alemania al Enalioetes schroederi, una curiosa especie de cocodrilo marino que habitó los océanos hace 135 millones de años.
Este ejemplar pertenecía a la familia Metriorhynchidae, criaturas semejantes a los delfines, caracterizadas por una piel lisa desprovista de escamas, aletas, y una aleta caudal.
En medio del Cretácico, estos cocodrilos marinos poblaron los mares poco profundos que cubrían la mayor parte de Alemania.
Su dieta incluía una amplia diversidad de presas, entre las que se destacaban animales rápidos como calamares o peces. Varios metriorrínquidos poseían grandes dientes, lo que indica que otros reptiles marinos eran parte de su alimentación.
Un ejemplar excepcional
Los detalles de esta nueva especie y los descubrimientos de este estudio se presentaron recientemente en la revista científica Journal of Systematic Paleontology.
Estos animales, principalmente conocidos por su presencia en el Jurásico, se caracterizan por su cráneo tridimensional excepcional, convirtiendo a E. schroederi en el mejor preservado de su especie en el Cretácico.
Sven Sachs, del Museo de Historia Natural de Bielefeld (Alemania), destacó la singularidad de este espécimen, catalogandolo como «extraordinario» al ser uno de los pocos metriorrínquidos conocidos gracias a un cráneo conservado en tres dimensiones.
Esta preservación excepcional permitió emplear una tomografía computarizada del ejemplar, revelando detalles sobre su anatomía interna, incluyendo las cavidades y los oídos del animal.
Por otro lado, el doctor de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Edimburgo (Escocia), Mark Young, mencionó que esta especie recién encontrada proporciona una nueva perspectiva sobre la evolución de los metriorrínquidos durante el Cretácico.
En el Jurásico, estos reptiles desarrollaron un plan corporal radicalmente distinto al de otros cocodrilos, presentando aletas, aleta caudal, ausencia de «armadura ósea» y piel lisa sin escamas, adaptaciones a un estilo de vida cada vez más marino.
Enalioetes refleja esta tendencia evolutiva en el Cretácico, destacando por sus ojos más grandes en comparación con otros metriorrínquidos.
Cualidades únicas
Young señaló que los ojos de Enalioetes eran notoriamente grandes para un cocodrilo y que sus oídos internos óseos eran aún más compactos que los de sus congéneres, lo que sugiere su habilidad como nadador veloz.
A pesar de ser descubierto recientemente, el cráneo y las primeras vértebras del cuello de este reptil se encontraron hace más de un siglo por D. Hapke, arquitecto del gobierno alemán, en la cantera de Schasenhagen.
Posteriormente, Henry Schroder del Servicio Geológico Prusiano en Berlín, preparó y analizó el cráneo, el cual, lamentablemente, se cree que se extravió en la Segunda Guerra Mundial.
Décadas después, reapareció en el Museo de Minden, en Alemania Occidental, siendo devuelto por la familia del descubridor a dicha institución. El cocodrilo recibió su nombre en honor a Schroeder, quien realizó la descripción inicial de la especie.
Comparando el cráneo bien conservado con otras colecciones de museos, Sachs y su equipo determinaron que se trataba de una especie desconocida para la ciencia.
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