Tras un fin de semana de intensas protestas en las poblaciones de El Callao y Tumeremo, este lunes ambas localidades despertaron bajo una cierta «normalidad» con el regreso de la actividad comercial y la cotidianidad diaria.
No obstante, se sigue observando presencia militar, convoyes y caravanas con rumbo a la zona sur.
«Los comercios están abriendo normal, hay mucha presencia de la Guardia Nacional (Bolivariana), mientras que todavía hay molestia por lo que pasó en Imataca», señaló un residente de Tumeremo que pidió mantener su nombre en resguardo.
La Troncal 10, a la altura de la plaza Las Madamas, permaneció cerrada hasta el sábado 29 de noviembre, mientras que el paso de vehículos militares se mantiene con insistencia hacia la zona del municipio Sifontes. Entre tanto, en El Callao, hay varios puntos de control militar.
Durante el tiempo de manifestaciones, la población pedía el retiro de los cuerpos de seguridad, debido a presuntos atropellos de su parte en contra de la población minera, todo en el marco de la Operación Roraima.
A través de redes sociales, los cuerpos de seguridad informaron sobre el decomiso de armamento y municiones de todo tipo, de los llamados grupos Terroristas Armados Narcotraficantes de Colombia (Tancol).
«Queremos es que haya tranquilidad en estos pueblos, no pueden meter a todos en un mismo saco y decir que son malandros#, destacó una habitante de El Callao quien también pidió reservar su nombre al momento de publicar la nota de prensa.
Se pudo conocer que además del Ejército, también se cuentan con Unidades de Reacción Rápida (URRA) provenientes de varios estados, Guardia Nacional Bolivariana, Conas, Dgcim, entre otros cuerpos de seguridad.
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