La población pesquera de Punta Allen, en el Caribe mexicano, de apenas cerca de 1.000 habitantes, se ha convertido en una joya de ecoturismo dentro de la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, una de las Áreas Naturales Protegidas más grandes de Quintana Roo.
Durante muchos años la única fuente de ingreso de los pescadores fue la captura de especies altamente demandadas por la industria turística, como la langosta, una práctica que se mantiene hasta ahora, pero bajo estrictos controles por ser una reserva ecológica.
De ser expertos en prácticas de pesca sustentable, empezaron a adaptar las lanchas de pesca para recibir a los turistas.
En Punta Allen hay cinco cooperativas ecoturísticas registradas que aprovechan los atractivos que hay dentro de las zonas donde se permite realizar este tipo de actividades.
La Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an abarca los municipios de Felipe Carrillo Puerto y Tulum, tiene 528.148 hectáreas y, junto con el Área de Protección de Flora y Fauna Uaymil y la Reserva de la Biosfera de Arrecifes de Sian Ka’an, conforman el Complejo Sian Ka’an con un área total de 652.192 hectáreas.
Joya escondida
Hasta hace unos meses los habitantes de Punta Allen dependían de una vieja planta de electricidad que les daba luz e internet por unas horas al día y eso limitaba la atracción de turismo.
Para llegar a Punta Allen solo hay dos vías: un camino de terracería que se une con la zona hotelera de Tulum, y un acceso que está a un costado de la zona arqueológica de Muyil con la mayor parte del recorrido a bordo de lanchas.
Eider David Manuel Noh, guía de turistas de la cooperativa “Nativos de la bahía” es uno de los encargados de llevar a los turistas a través de los canales de Sian Ka’an.
Explicó que lo primero que hacen cuando llegan visitantes es pedirles utilizar bloqueadores y repelentes biodegradables para evitar daños al medioambiente.
“Sian Ka´an es una reserva, tratamos de mantenerla lo más protegida que se pueda, sin tanta explotación a lo que es el ambiente”, señaló.
En una visita a Sian Ka´an es muy común encontrar en su ambiente natural enormes cocodrilos, aves residentes y migratorias, así como manadas de delfines y especies de tortugas marinas en peligro de extinción.
“Estamos alrededor de la laguna de Capechen, vamos de la dirección hacia Punta Allen, estamos recorriendo los canales, posiblemente veamos cocodrilos de regreso en esos mismos canales suelen andar”, aseguró Manuel Noh.
Además de conocer los secretos del mar, los guías han aprendido a identificar las especies de aves residentes y migratorias, y no pierden la oportunidad de compartir sus experiencias con los turistas.
“Vamos a ir hacia la isla de las aves, donde vamos a ver un poco de aves presidentes, como lo que es la fragata, el cormorán y el pelícano, que son las más usuales”, detalló el hombre.
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