Desde pequeños hemos escuchado que los científicos y las casas cosméticas buscan incansablemente la fórmula de la juventud; si no, vale recordar la historia de Cleopatra, Nefertiti o hasta Narciso, que se ahogó después de caerse viendo su propio reflejo en el agua. Aunque no vamos a contarle ni de historia, ni de secretos de belleza, ni de cómo envejecemos, sí vamos a mostrarle los avances que se están haciendo en materia de rejuvenecimiento celular en esta tierra de gracia.
El envejecimiento no solo son arrugas en nuestra piel o canas que se reflejan como parte del paso del tiempo, también ocurren con las células, músculos, huesos y todo lo que hace que nos mantengamos de pie; el cuerpo también recibe los embates de los años, más cuando no lo oxigenamos ni le damos la alimentación adecuada.
El doctor Alberto Quintero, presidente del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), nos explicó que el envejecimiento celular se da por la degeneración del ADN. La estructura, los telómeros se van poniendo cada vez más pequeños cuándo se replica una célula que es necesaria para vivir, y el ADN va envejeciendo.
A su vez, se da porque las funciones metabólicas que están acompañadas de muchos analitos o metabolitos requieren ser producidos en cierta cantidad y va mermando a medida que nos adelantamos en años, lo que hace que algunos procesos que se deben llevar a cabo para el buen funcionamiento del cuerpo, se hagan de manera más lenta gracias a que la molécula Mononucleótido de Nicotinamida (NMN) y el NAD+ se producen en menor cantidad; por ejemplo, “los músculos, la contracción muscular se va poniendo más lenta y eso hace que no pueda crecer como lo hace un músculo más joven”.
Aunque aún está en estudio, los investigadores saben que produciendo cada vez más estas moléculas podemos revertir el efecto del paso del tiempo, detallando que las potencialidades, beneficios y bondades de ambas moléculas en la producción de células madre -que no son más que células que pueden transformarse en cualquier cosa dentro del cuerpo- deben producirse de una célula compuesta para que haya la distribución de ellas.
En otras latitudes del mundo se ha documentado que este tipo de moléculas, la NMN y la NAD+ puede facilitar la proliferación de células madre o células estromales mesenquimales, como se le conoce en el mundo científico. Desde el IVIC se trabaja con células de córnea, de cartílago, de hueso y de pulpa dental, “con estos estudios se quiere ver si este tipo de compuesto favorece o facilita el crecimiento de este tipo de células estromales mesenquimales al montar un ensayo celular a la presencia de estos compuestos” que es parte de nuestra línea de investigación para avanzar en ciertas curas de enfermedades, sostiene Quintero.
Uno de estos estudios que se llevan adelante es sobre la inhibición de la replicación del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), para ver si son agentes proliferantes de células del sistema inmune tales como la CD4 y CD8, oxitoquiña y ver cómo se comporta la célula bajo la acción de este compuesto. “Estas células son las encargadas de frenar el paso del virus, el VIH mata la replicación de esta célula (y nuestros investigadores) quieren ver que este compuesto pueda frenar la replicación viral y a su vez pueda ayudar a la proliferación de las células CD4 y CD8, detalló el doctor en microbiología.
Por otro lado, en otro laboratorio se trabaja en ciertas manifestaciones hereditarias degenerativas y donde se está probando el efecto de estas moléculas sobre el comportamiento cromosómico y la regeneración celular en este tipo de personas.
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