
Luis Carlos Vengoechea, esposo de la venezolana Dayana Carolina Ochoa (40), confesó a autoridades haber asesinado a ella y a su hija Lucía (10) hace tres meses en el barrio Me Quejo de Barranquilla, Colombia.
La confesión del asesino desata conmoción tras advertir fríamente: «Nunca por más que se esfuercen las van a encontrar». La Policía Metropolitana intervino para evitar linchamiento comunitario mientras espera orden judicial para excavar la vivienda.
Dayana y Lucía desaparecieron desde hace tres meses, sin rastro pese a búsquedas de familiares, amigos y vecinos que creían habían emigrado a trabajar. Sospechas crecieron por mensajes extraños en redes y WhatsApp de Dayana, con lenguaje formal inusual y chats temporales activados.
Malos olores emanando de la casa, aves de carroña sobrevolando y excavaciones improvisadas por residentes alertaron a la comunidad. Vecinos recordaron gritos nocturnos de la mujer y la menor, atribuyendo inicialmente culpabilidad al esposo.
Tras detención de Vengoechea, la Policía acordonó el sitio para preservar evidencias. La comunidad, indignada, intentó agredir al sospechoso principal, pero efectivos metropolitanos lo protegieron durante traslado.
Autoridades confirmaron que Dayana residía en el barrio con su pareja, quien alegaba viaje a Venezuela negado por parientes allá. La confesión escalofriante impulsó pesquisas urgentes en la propiedad.
Fiscalía y Policía esperan autorización para excavaciones formales, verificando el lugar de los presuntos crímenes. Vecinos exigen justicia rápida por la trabajadora venezolana conocida en la zona.
El caso resalta vulnerabilidad de migrantes y fallas en denuncias tempranas; investigaciones continúan para esclarecer móvil y ubicación exacta de los cuerpos.
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