
Luego que Bienes e Inmuebles de la Corporación Venezolana de Guayana se comprometiera a adjudicar los terrenos para la construcción de varias viviendas a través de 21 Asociaciones Civiles de la UD 327, vecinos se quedaron esperando, muchos perdieron lo que construyeron.
Según compraron los terrenos a la CVG, tienen casi 25 años esperando que les entreguen los documentos de propiedad, ya algunos de los dueños perdieron sus casas, el hampa se las echó al suelo para robarles las cabillas.
Este lugar identificado como Villa Upata, ubicado al final de la avenida Atlántico de Puerto Ordaz, adyacente a Villa La Paragua, fue zonificado como R3 y R5 de acuerdo a ordenanzas y normativas urbanísticas en Caroní, como la construcción de viviendas unifamiliares.
R3 se debe a una zona residencial de baja a media densidad, destinada a viviendas unifamiliares y bifamiliares aisladas.
R5 corresponde a una categoría residencial de alta densidad. En estas áreas se permite la construcción de edificios multifamiliares, es decir, conjuntos residenciales o edificios de apartamentos, donde la cantidad de habitantes por hectárea es mucho mayor que en zonas R3.
El proyecto se inició en 1999 y 2022, los beneficiarios tuvieron que entregar nuevamente documentación, ellos lo hicieron llegar, además, pagaron y siguen esperando respuestas.
Uno de los grandes problemas y trabas que tienen es con respecto a la construcción de apartamentos en esta zona.
Construcciones derribadas
La Unidad de Desarrollo 327 Villa Paragua I, ya habían varias viviendas construidas, también una serie de losas, con todas las cañerías instaladas para después colocar los bloques.
Llegó la pandemia, después acompañada de la crisis país y miembros de las asociaciones tuvieron que abandonar dicho proyecto de solución habitación.
La elaboración de cada vivienda era por cuenta propia, igualmente el urbanismo.
Grupos de hampones que se dedican al comercio de hierro y chatarras, derribaron cada bloque para posteriormente sustraer las cabillas de las casas ya construidas y de aquellas edificaciones que estaban a media.
Los escombros se pueden apreciar en cada manzana del mencionado urbanismo, el cual fue abandonado.
Villa Upata I, ya tenía red de aguas negras, aguas blancas, aceras y brocales; además, postes para el tendido eléctrico.
Las calles desaparecieron entre la maleza y la basura que personas cercanas han ido echando en distintas áreas de algunas parcelas adjudicadas.
No es el único urbanismo que se encuentra convertido en escombros y desolación, otros presentan las mismas condiciones en las adyacencias de la avenida Atlántico de Puerto Ordaz.
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