Los Ángeles, Estados Unidos. Fama, escándalos, romances, asesinatos, sexo y misterios. Hollywood ha erigido sus mejores leyendas sobre estos temas y pocas estrellas lo resumieron mejor que Lana Turner (1921-1995), de cuyo nacimiento se cumplen mañana cien años y cuya espléndida carrera esconde también algunos detalles muy turbios.
Figura del cine de los años 40, la gran belleza de Turner, toda una «sex symbol» de la época, dejó injustamente en segundo plano su calidad como actriz, que demostró en cintas como «The Postman Always Rings Twice» (1946).
Pero al margen de su estatus en la gran pantalla, el mito de Turner también se sustenta en su muy ajetreada vida sentimental y en la oscura muerte de una de sus parejas, el mafioso Johnny Stompanato.
DE IDAHO A HOLLYWOOD
Julia Jean Mildred Francis Turner, por su nombre original, nació el 8 de febrero de 1921 (aunque algunas fuentes sostienen que nació en 1920) en Wallace, una pequeña población minera del estado de Idaho.
Muy lejos de las alfombras rojas que le acabarían dando la bienvenida en Los Ángeles, la familia de Turner se mudó a California con poca fortuna: el matrimonio se separó, el padre de la actriz fue asesinado y la joven sufrió abusos como parte de una infancia muy complicada.
Cuenta la leyenda que Turner fue «descubierta» de joven cuando tomaba un refresco por un periodista que, maravillado, la llevó a una entrevista con el director de cine Mervyn LeRoy.
Es improbable que su vuelo al estrellato comenzara así, pero en el Hollywood clásico quién se iba a preocupar por la verdad teniendo a mano fabulaciones de ensueño y cuentos de color de rosa.
Con refresco o sin refresco, Turner adoptó el nombre artístico de Lana y fichó a finales de los años 30 por la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), el estudio que la encumbraría.
Junto a actores como Spencer Tracy o Clark Gable, Turner destacó en películas como «Dr. Jekyll and Mr. Hyde» (1941), «Somewhere I’ll Find You» (1942) o «The Postman Always Rings Twice» (1946).
Paralelamente a su éxito en el cine, la actriz se convirtió en un mito sexual en Estados Unidos con su melena rubia y su estilo de «pin-up».
Más adelante brilló en otras cintas como «The Bad and the Beautiful» (1952); «Peyton Place» (1957), por la que logró su única nominación al Óscar; e «Imitation of Life» (1959), uno de sus papeles más recordados.
Y aunque poco a poco se fue alejando de la interpretación, Turner aún logró un último momento de gloria con un papel que dejó huella en la serie «Falcon Crest» (1981-1990).
OCHO BODAS Y UN FUNERAL
Ocho matrimonios con siete hombres diferentes.
Ese es el sorprendente balance de la vida sentimental de Turner, un aliciente de lo más jugoso para la prensa rosa de su época.
La actriz pasó por primera vez por el altar con el músico Artie Shaw en febrero de 1940, pero en septiembre de ese mismo año ya no estaban juntos.
Después llegaron Stephen Crane (con quien se casó en dos ocasiones), Henry J. Topping, Jr., Lex Barker, Frederick May, Robert P. Eaton y Ronald Dante, su último esposo, de quien también acabó divorciada.
Entre sus maridos había músicos, actores y deportistas, aunque su lista de romances, rumores y aventuras también resulta muy llamativa con nombres como Frank Sinatra o Howard Hughes.
Turner, que sufrió alcoholismo y depresión y que también intentó quitarse la vida, se vio envuelta en un escalofriante caso en 1958 cuando su hija Cheryl mató a puñaladas a Johnny Stompanato, un gángster que en ese momento era pareja de la actriz.
El juicio acabó convertido en un tremendo escándalo mediático en EE.UU. y, finalmente, Cheryl fue absuelta por el jurado, que entendió que la joven había defendido a su madre de un Stompanato que maltrataba a Turner.
La intérprete murió el 29 de junio de 1995 debido a un cáncer de garganta solo un año después de haber recibido el Premio Donostia en el Festival de Cine de San Sebastián como broche a una vida y una carrera de película.
EFE noticias
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