Sao Paulo, Brasil. El Corinthians, uno de los clubes más populares de Brasil, anunció este martes un acuerdo por el que cede por los próximos 20 años los derechos sobre el nombre de su estadio a la farmacéutica Neo Química, uno de sus patrocinadores y que pagará 300 millones de reales (unos 54,5 millones de dólares).

El acuerdo de cesión de «Naming Rights» del estadio fue anunciado en la madrugada de este martes en una transmisión al vivo en las redes sociales por el presidente del popular equipo de Sao Paulo, Andrés Sanchez, y coincide con el aniversario de 110 años del club.

Neo Química, que ya fue patrocinador del Corinthians mediante un acuerdo que le permitió lucir su marca en la camisa del uniforme, es una de las empresas de la gigantesca Hypera Pharma, una de las mayores fabricantes de medicinas de Brasil.

El acuerdo por 20 años y por el que el segundo club más popular de Brasil después del Flamengo recibirá 15 cuotas anuales de 15 millones de reales (2,7 millones de dólares) también prevé que el estadio pase a ser usado para espectáculos y conciertos musicales, «aunque siempre manteniendo el fútbol como prioridad».

«Como presidente del club estoy muy contento. Estoy seguro de que represento el sentimiento de los más de 35 millones de corinthianos. Es excelente tener de regreso un gran socio del pasado, que siempre fue muy correcto en todos nuestros acuerdos», aseguró Sanchez.

«Estamos felices de hacer realidad esta asociación en un momento tan determinante para el club y sus hinchas, como el de la conmemoración del aniversario de 110 años», dijo por su parte la directora general de la marca Neo Química, Ana Biguilin.

El acuerdo de cesión de derechos de nombre se produce seis años después de la inauguración del estadio y ocho años después de que el propio Sanchez anunciara que al menos siete empresas estaban interesadas en tal acuerdo, que ayudaría a financiar la construcción de la Arena Corinthinas, en que fueron disputados seis partidos del Mundial Brasil 2014, incluyendo el inaugural.

El estadio, que fue construido con un presupuesto previsto de 335 millones de reales (unos 60,9 millones de dólares), terminó costando casi tres veces más (985 millones de reales o 179 millones de dólares) y la obra sólo salió adelante por el apoyo del entonces presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, un reconocido hincha del Corinthians.

El líder socialista dio el aval para que un banco público ofreciera un crédito esencial para la construcción del estadio, que hasta ahora no fue pagado y que es objeto de una compleja renegociación.

Pese a que al menos cinco clubes brasileños tienen vigentes contratos de cesión de los derechos sobre el nombre de sus estadios a patrocinadores, pocas empresas han conseguido que los hinchas olviden los nombres originales y usen los comerciales.

Una de las pocas excepciones es el Allianz Parque, estadio del Palmeiras, uno de los principales rivales de patio del Corinthians, cuyos derechos por 20 años fueron vendidos a la aseguradora alemana igualmente por 300 millones de reales.

Pero la cervecera Itaipava ha tenido dificultades para que los aficionados o la prensa olviden el nombre del estadio Fonte Nova de la ciudad de Salvador o el Arena Pernambuco de la ciudad de Recife. La cervecera brasileña aceptó pagar 100 millones de reales (18,2 millones de dólares) por los derechos durante 10 años sobre los nombres de cada uno de los estadios.

El quinto acuerdo lo firmó el Atlético Mineiro con la constructora MRV, que pagará 60 millones de reales (unos 10,9 millones de dólares) por los derechos sobre el nombre de un estadio aún en construcción en la ciudad de Belo Horizonte.

EFE noticias

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